Por: Ántero Flores-Aráoz // Rascacielos o arrasatodo

por | Dic 23, 2023 | Opinión

Vecinos del distrito capitalino de Surquillo, vienen expresando su malestar e incordia, por la construcción de un imponente edificio de muchísimos pisos, que no guarda armonía con otras edificaciones de la zona.

Los vecinos quejosos y, con toda razón, objetan la descomunal edificación, pese a que en su fuero interno seguramente reconocen que la ciudad capital no puede seguir expandiéndose horizontalmente y por ello se autorizan edificaciones multifamiliares y oficinas de bastantes pisos.

Sin embargo, para construir tales edificaciones tienen que tomarse en cuenta la anchura de las calles o avenidas en que tienen su frente, pues a no dudarlo las altas edificaciones albergarán a muchas personas, lo que significa también mayor tráfico de vehículos, sin olvidar la falta de estacionamiento, lo cual no solo perjudica al vecindario sino también a quienes transitan por él, dada la saturación de las vías de comunicación lo que implica más tiempo para el desplazamiento.

No se pueden tampoco olvidar los servicios de agua y desagüe, dado de que el grosor de sus cañerías, estuvieron en armonía con el menor aforo de las edificaciones existentes, las que las nuevas podrían hacer colapsar, pues cuando se instalaron los servicios a que nos referimos, se hicieron con un margen de crecimiento poblacional que ya fue superado y que por ello atenta contra el buen servicio a que tienen derecho los usuarios o vecinos.

Adicionalmente tienen que tomarse en cuenta la posibilidad de siniestros, sobre todo los sismos y los incendios. Para ambos las facilidades de evacuación, aunque para los primeros establecer los lugares de protección y refugio y, para los segundos, las facilidades para que los bomberos actúen, requiriéndose mayor posibilidad de captación de agua, existencia de escaleras telescópicas y brazos articulados.

Las escaleras bomberiles no llegan a más de diez o doce pisos y los brazos articulados a ocho, por lo cual las edificaciones que excedan tal altitud deben contar con sistemas de inyección de agua dentro de sus instalaciones internas, como lo es en otras ciudades del extranjero con mayor experiencia en edificaciones elevadas.

Por todo lo antes expuesto, la planificación del crecimiento de las áreas urbanas no puede estar en manos de los municipios distritales sino de los provinciales, pues tal función engloba a varios distritos que comparten los mismos servicios de agua y desagüe, sin olvidar que el suministro de gas y de electricidad, lo comparten y reciben de las mismas empresas prestadoras de dichos servicios públicos

Cuando nos referimos a la planificación, ella tiene que comprender la altura permitida de las edificaciones, al igual que el uso que se les pretenda otorgar, ya que cualquier exceso no solo afecta al distrito en que se localiza la construcción, sino también a los aledaños.

Todo lo expuesto nos lleva a sugerir la revisión del Reglamento Nacional de Edificaciones, a fin de que no existan disposiciones que permitan a algunos municipios extenderse en funciones y prodigarse en licencias de construcción que van más allá de lo legal y de lo razonable.


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