Los espacios de la Religión y de la Política, más que evidente son diferentes y no deberían confundirse.
El tema de la Religión es un tema personalísimo, que corresponde únicamente a quien profesa algún credo religioso, con los principios, liturgia, manifestaciones exteriores y creencias de cada culto y, que nada tienen que ver con las preferencias políticas de los ciudadanos, incluidos por supuesto los que están de candidatos a altas esferas gubernamentales.
Si bien las reglas éticas, son comunes a todos los seres humanos, con prescindencia del culto que profesen y de sus posiciones políticas, las creencias religiosas están restringidas al campo eminentemente personal y no deberían vincularse con las otras.
No se debería confundir al púlpito con las tribunas políticas, como tampoco las procesiones con las manifestaciones y marchas. Son esferas absolutamente diferentes, y las personas deberíamos ser respetuosas de las expresiones religiosas de los demás.
Algunos se preguntarán la razón que impulsó al autor de esta nota a escribirla y ella es muy sencilla, fue motivada en una caricatura dominical en un conocido medio de expresión, en la que se colocó en la parte central a la figura de la Virgen María, que nada tiene que ver con las caricaturas, que son expresiones humorísticas, pero que tienen que estar alejadas de tocar a quienes los que profesamos y practicamos la Religión Católica, rendimos culto. Pero peor aún, se le pone una leyenda con expresiones políticas, que deberían estar alejadas de toda connotación de tal carácter y con el agravante de que estamos a pocos días de las elecciones generales del mes de abril.
En buen romance y en resumen, la caricatura en cuestión es singularmente ofensiva y por ello merece el repudio que se ha observado sobre todo en las redes sociales.
Confieso que las caricaturas, como expresiones humorísticas, francamente me gustan, pero una cosa es humor y otra muy diferente burla e irrespeto, sea cual fuese la figura religiosa a la que se refiere o su relación con cualquier credo religioso. El criterio de respeto no está restringido al ámbito del cristianismo, sino que es lugar común a cualquier culto religioso.
El hecho mencionado y nuestros comentarios que anteceden, nos brindan la oportunidad de referirnos a algo relacionado con aquello, y que son interrogantes que se formulan en las entrevistas políticas, en que se pregunta hasta por las manifestaciones religiosas de los entrevistados, que nada tienen que ver con sus propuestas políticas dirigidas al electorado.
Al igual que lo religioso es personalísimo, como repetimos, hay otros temas que tienen el mismo rango, como son las preferencias u opciones sexuales, que no deberían conectarse con la Política. Al igual como los miembros de la comunidad LGBT, exigen que se les respete su posición, los que somos creyentes tenemos que exigir lo mismo, más la respectiva rectificación y disculpas. Respetos guardan respetos.
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