Por: ÁNTERO FLORES-ARÁOZ / Simulación perniciosa

por | Jul 2, 2022 | Opinión

Las simulaciones por lo general son perniciosas, pues se finge algo que no es real, para aparentarlo como si lo fuera y, evidentemente, el objetivo es engañar, dar la sensación de que algo es cierto cuando es imaginario.

Recientemente un importante número de personas, vistiendo uniformes militares y además con insignias y símbolos castrenses, hicieron una marcha y concentración en el Cercado de Lima.

Expresaban los participantes en el acontecimiento, que eran reservistas, esto es que estaban en situación militar de reserva, pues ya no estaban en el activo.  En buena cuenta o que habían terminado su servicio militar o que habían pasado de la situación militar de actividad a la del retiro.

El antecedente más reciente de lo expuesto era la de los reservistas supuestamente seguidores de Antauro Humala, quien viene cumpliendo pena privativa de libertad, por los luctuosos sucesos acaecidos en Andahuaylas en enero del año 2005. Estos reservistas, ciertos o supuestos, recorrían las calles vendiendo publicaciones evidentemente beligerantes y antisistema, con la cual obtenían recursos para su infausta causa.

En el antecedente descrito, los reservistas vestían uniformes que era clarísimo que ya habían sido usados, que no se encontraban con buena apariencia, pero que inducían a pensar que representaban el sentir de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas. Los más recientes reservistas, a diferencia de los anteriores, vestían uniformes nuevos, con distintivos e insignias en perfecto estado de conservación, lo que puede llevarnos a serias sospechas.

Cuando los uniformes están usados, se infiere que quienes los llevan fueron reservistas, pero cuando los uniformes son nuevos, ello implica que alguna persona o grupos de personas han sufragado su costo, los han enviado a confeccionar o simplemente desde alguna esfera oficial les fueron proporcionados. Ello serio, muy, muy serio, se trate o no de reales reservistas.

El discurso de quienes indebidamente llevan el uniforme y aparentan representar en alguna forma a las Fuerzas Armadas, pueden inducir a que se crea o que dichas Fuerzas apoyan políticamente al Gobierno de turno o están en contra de él. No es bueno ni lo uno ni lo otro, dado que de acuerdo a la Constitución que nos rige y a lo que se denomina la Constitución Histórica del Perú, ni los militares, en su acepción más amplia, ni los policías son “deliberantes” y salvo el ejercicio del Derecho de Sufragio emitiendo su voto secreto, no pueden tener ninguna otra participación política.

Por otro lado, existe disposición expresa en el sentido que “las personas que usen uniformes y/o prendas similares a los de las Fuerzas Armadas o Policía Nacional, sin autorización de estas instituciones, serán detenidas y puestas a disposición de la autoridad competente”.

Tal autoridad no es la justicia militar-policial, ya que ella está circunscrita a militares y policías en actividad, debiendo a nuestro criterio ampliarse el Código Penal, a fin de que con toda claridad se tipifique el delito o falta y se sancione adecuadamente.

Aún está pendiente la investigación de los hechos a los que nos hemos referido. ¡Es urgente!


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