Una vieja canción – del argot criollo incluye entre sus versos: Como campanas de palo suenan los cojones del pobre.
Gran verdad ante la inminente indiferencia de los que se han apoderado del poder incluyendo a la Sra. Dina, Otárola y demás compinches que hacen oídos sordos a las legítimas reconvenciones por que se respete lo escrito en ley y D.L. de la República.
Se hacen reclamos junto a las reconvenciones. Nadie escucha o nadie quiere escuchar. Solo los que se han enquistado en el Poder político y económico necesitan embriagarse con los altos sueldos que le sustraen al fisco.
Que los cholitos, dicen, nunca estuvieron en el poder. Fue el fuerte estribillo del ladrón Pedro Castillo. Lo mismo pregona el corrupto Vladimir Cerrón Rojas. La Monteagudo reclamando que los cholitos “nunca estuvieron en el poder y que hoy les toca”. Pero ella gran referente de hacer dinero no invierte donde sus hermanos padecen hambre. Prefiere los pagos americanos cuyos linderos desprecia.
De Cajamarca vienen unos grandes ricachos –pobrecitos los Alva Orlandini. Ése hasta se daba el lujo de tener “sucursal” vecino prominente en Surco. Gran moralista ¿No? Tenía guachimanes para que le dieran el dato de quienes atisbaban su predio.
De Huancayo vienen los Cerrón Rojas, Los Otárola: uno notario—gran profesión más fácil que la de un veterinario—Como saben el veterinario, por lo menos en el Perú, tiene mascotas que atender y esos pobre animalitos no dicen qué es lo que les duele. Si es la pata izquierda o la derecha posterior. Que no escucha bien por un oído. Que la vista le está empañando la visión.
Sucede igual con el notario. Sus empleados de tercer y cuarta categoría aplican el sello y ya. Él, el notario, no certifica la escritura. Se puede escribir zambacanuta en el texto– sino que solo la identidad de los DNI… Punto, platita pa´ que te quiero. Y en su mayoría aquellos son provincianos tales como fiscales y jueces. Que han ingresado al poder público y al judicial para hacer dinero soltando a gamberros. Solo porque a un fiscal se le olvidó poner una coma. Que el fiscal no le dijo que un asesino mató a un policía. Ella, una juez lo supo, pero el fiscal no se lo dijo entonces sentenció: ve a tu casa hijito, pórtate bien si te place sigue asesinando. Con que notario ¿no? y el otro, abogado del calzonudo y mayordomo a la cabecera, hoy premier aportando para la incapaz mandataria. Ella pobrecita, también provinciana como el terruco Pedro Castillo.
Hay tal aprovechamiento de la etnia indígena de los gamberros y asesinos. Como el patriarca padre del Antauro ése que pregona que los marrones son más inteligentes. Debió decir son unos asesinos y atorrantes, amen de rateros como el calzonudo y su pareja.
Sí pues, como campanas de palo suenan los cojones del pobre. Entonces como no escuchar a los que verdaderamente son afligidos por fiscales, jueces, policías y demás lacra. ¿A quién reclamar? Solo les queda romper vidrios ajenos, quemar llantas—los puritanos alegan que eso no está bien; que no se debe hacer. Entonces sigan reclamando a las puertas del JNE. A las puertas de unos gamberros anidados en la JNJ. En las puertas de rateros con uniforme.
Hasta hoy los reclamos repito han sido infructuosos. Indiferencia total.
Todos, principalmente los caviares, como uno monumental como el tal Gorriti se apoyan para defender a los pobres. Pero él es un hombre rico a costas de su gigantesca ONG. Otro laberintoso que reclama, implora por los pobres siendo que él es un periodista de tercer nivel, pero que disfruta de residencia millonaria gracias a que su familia política sacó buenas cajas de millones de dólares de la salita del SIN comandada por el gran “contador” Montesinos. Los Crusillats y el otro Shultz vendieron sus “canalazos a Montesinos. Hoy está de ricachón el tal Chicho Mohme.
Entonces la cruda y peluda verdad: Como campanas de palo suenan los cojones del pobre, mientras permanezcan en el poder ese póker de alhajas: Dina Boluarte, Otárola, el del cafecito y la alfombra Chávez Cresta y este recientemente matoncito de maceta del interior.