El 16 de abril se celebra el día de la cancerología peruana, fecha que debería ser un llamado de atención para nuestras autoridades, no solo por el hecho del aumento estrepitoso de casos por cáncer en nuestro país, sino por la poco o casi nula implementación de políticas públicas que se aboquen a una enfermedad que ya logro ser la segunda causa de muerte más recurrente después de las enfermedades cardiovasculares en el Perú, el año 2023 solo EsSalud reporto diez mil doscientos tres casos de cáncer, sumados a los setenta y dos mil ochocientos veintisiete diagnosticados el año anterior.
La débil respuesta del legislativo y ejecutivo, fue la promulgación de una ley 31870, esta autoriza al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) a realizar adquisiciones propias para evitar el desabastecimiento de su farmacia, asimismo mantiene los fondos directamente recaudados por ellos en la institución, ambas cosas parecen una burla sórdida y enfermiza de alguna obra kafkiana, ya que en lugar de robustecer su presupuesto con dinero del erario nacional, mantiene su situación y declarativamente solo ratifica que podrán usar el dinero que directamente recauden, más lo poco que les suelen dar como presupuesto generalmente para sostener sus actividades.
Nuestra ciudadanía necesita acciones contundentes para frenar el cáncer, son necesarios hospitales especializados como el del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, mínimo uno por cada región del país, para ello se debe declarar en emergencia ese sector de la salud y permitir procesos de contratación estatal con plazos recortados, dejando también sentado que cualquier acto de corrupción en estos contratos será sancionado con penas el doble de severas que la ley establece, es injusto e inconcebible que por lo menos diecinueve regiones no cuenten con los equipos adecuados de radioterapia e instalaciones aptas para quimioterapias tan necesarias para terminar con esta enfermedad.
El esfuerzo desorganizado por parte del estado no surtirá efecto, el ministerio de salud, el seguro social, el sistema de sanidad de las fuerzas armadas y policiales, y todas las entidades vinculadas, deben unir acciones, los médicos especialistas en oncología deben recibir incentivos suficientes que estimulen dos cosas, primero que profesionales de esta especialidad se animen a vivir en todas las provincias y en segundo lugar que doctores opten por seguir esta rama de la medicina.
Todo lo antes señalado, centralizando esfuerzos, incentivando a los médicos, construyendo infraestructura adecuada y poniendo más hincapié en el trabajo preventivo contra la enfermedad, hará que este mal retroceda.
