Por: Azi Wolfenson / ¿A quién pertenece Jerusalem?

por | Abr 21, 2022 | Opinión

En vista de los recientes asesinatos realizados por terroristas palestinos a ciudadanos civiles Israelíes en Jerusalem alegando su “derecho” a la tierra del Monte del Templo me he permitido tomar el título y parte del contenido del artículo escrito por el Dr. Guido Maisuls, que vale la pena actualizar. Asimismo hacer honor a la memoria del distinguido Señor Stanley Goldfoot y a sus excelsas palabras.

Vista de la ciudad de David, con el muro de los Lamentos en el Monte del Templo o Har Habait (Monte de la Casa) y la ciudad vieja de Jerusalem que es el lugar mas sagrado de Israel para el Judaísmo, ya que en su Monte Moriá, se realizó el sacrificio de Isaac de acuerdo al relato de la Biblia.

Vista de la ciudad de David, con el muro de los Lamentos en el Monte del Templo o Har Habait (Monte de la Casa) y la ciudad vieja de Jerusalem que es el lugar mas sagrado de Israel para el Judaísmo, ya que en su Monte Moriá, se realizó el sacrificio de Isaac de acuerdo al relato de la Biblia.

 

Jerusalem es la más sagrada de las ciudades del judaísmo, así como el epicentro espiritual del pueblo judío desde cuando el sitio fue escogido por el rey David (c. 1040966 A.C.) para el emplazamiento del Templo Sagrado. En 1840 la comunidad judía constituyó el mayor grupo religioso de la ciudad​ y desde 1880 en adelante conforma la mayoría dentro de la misma. Por eso se la conoce también con el nombre de Ciudad de David.

​La ciudad de Jerusalem tiene una categoría especial en la ley religiosa judía. Específicamente, los judíos que se encuentran fuera de Jerusalem oran hacia su dirección, y el Ma’aser Sheni, el Révai y los Primeros Frutos debe ser consumidos en Jerusalem. Cualquier expansión de la ciudad para estos fines deben ser aprobados por el Sanedrín. Cuando el Templo de Jerusalem fue levantado, la ciudad observaba las leyes especiales relativas a las cuatro especies en Sucot, y el Shofar en Rosh Hashaná.

Desde hace mucho tiempo Jerusalem ha sido incorporado a la conciencia religiosa judía. El pueblo judío ha estudiado la lucha por el Rey David de la conquista de Jerusalem y su deseo de construir el templo judío, como se describe en el Libro de Samuel y el Libro de los Salmos. Muchos de los anhelos del Rey David sobre Jerusalem se han adaptado en oraciones y cantos populares.

El sitio de “la piedra del sacrificio de Isaac” fue elegido por el rey David para construir un Templo que albergue el Arca del Pacto, aunque las obras fueron terminadas mas tarde por su hijo, el rey Salomón. Este primer templo fue destruido por Nabucodonosor II en el año 586 A.C. en el que empieza el exilio judío a Babilonia.

Cerca de 50 años después, en el 538 A.C., Ciro el rey de Persia proclama: “Quienquiera que haya entre vosotros de todo Su pueblo – sea su D’os con él, suba a Jerusalem, que está en Judea”. Luego de la declaración de Ciro el pueblo de Israel regresó a Jerusalem. Nehemías, líder de los judíos que volvían a su tierra ancestral declara: “Despierta, despierta, vístete con tu fortaleza, oh Sion. Ponte tus hermosas vestiduras, oh Jerusalem, venid y reconstruyamos la muralla de Jerusalem”.

Tres movimientos judíos regresaron a Judea desde Babilonia, los primeros en el 536 A.C. liderados por Zorobabel, 78 años mas tarde el segundo grupo con Esdras con el propósito de reconstruir el Templo y finalmente 14 años después los restantes con Nehemías para restablecer las murallas de Jerusalem.

Tito, el general romano, destruyó la ciudad de Jerusalem el año 70 D.C. y los judíos fueron vendidos como esclavos y dispersados por todos los confines de la tierra.

El imperio romano cambió el nombre de Judea a Provincia Syria-Palaestina en el año 135 D.C. como represalia a la rebelión judía encabezada por Bar Kojba y con el propósito de borrar la memoria judía del lugar.

Visita histórica a Jerusalem, frente al Muro de los Lamentos

Visita histórica a Jerusalem, frente al Muro de los Lamentos

 

Después de la Primera Guerra Mundial, la liga de las Naciones crea el Mandato de Palestina y se lo encarga a Inglaterra. En 1920 Inglaterra decide reconocer este territorio como la patria ancestral del pueblo judío que había sido expulsado del mismo cerca de 2,000 años antes. Pero en los años siguientes decide formar Jordania reduciendo el área a una tercera parte. Finalmente en 1947 la ONU decide terminar con el Mandato Británico y dividir el territorio en dos países uno Judío y otro Arabe.

Inglaterra se retira en 1948 e inmediatamente se declara el territorio asignado a los judíos como Israel mientras que los árabes deciden no reconocer la división y declaran su propósito de destruir al nuevo estado judío. Advierten entonces a los árabes  residentes en el futuro estado judío que abandonen el área y los países árabes circundantes invaden Israel.

Los judíos defienden exitosamente su Estado y cesan las hostilidades. Mientras tanto los árabes que abandonaron Israel son acogidos por los países vecinos principalmente Jordania y Líbano. El Estado de Israel empieza a consolidarse y los árabes van adoptando nacionalidades vecinas sin decidirse a formar un país independiente, territorio que aprovecha Jordania para ocupar.

Situación que se mantiene hasta 1967 en que Nasser de Egipto decide atacar con sus países árabes vecinos a Israel para destruirlo. Es entonces que en una guerra que sorprendió al Mundo, Israel con un ejército victorioso ocupa Egipto, Siria y Jordania llegando hasta las puertas de sus capitales y detiene su avance por la intervención de la ONU. Es así cómo Israel recupera Jerusalem y el muro Occidental que había quedado como restos del Templo de Jerusalem.

A cambio de la devolución de territorios conquistados se firma la Paz con Egipto y con Jordania. Es en ese momento en que a los líderes árabes se les ocurre la «brillante idea» de desconocer las nacionalidades otorgadas anteriormente e inventar «el pueblo palestino,» inexistente como tal hasta 1967.

Este es el pretendido «pueblo palestino» cuyos líderes están tratando de inventar una historia llena de falsedades y que incluso asigna como sus líderes históricos Moisés y Jesús y que sus ancestros construyeron Jerusalén y su templo, aparte de muchos otros hechos que van incorporando día a día.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, uno de los líderes del terrorismo internacional, ha convocado “prevenir por todos los medios necesarios que los judíos entren en el Monte del Templo, éste es nuestro santuario Al-Aqsa y la Iglesia (del Santo Sepulcro). Ellos no tiene derecho a entrar en él. Ellos no tiene derecho a contaminarla. Tenemos que evitar por todos lo medios que entren en el Santuario.”

Jerusalem aparece en el Tanaj (Biblia Hebrea) 669 veces y Sion (que por lo general significa Jerusalem, así como Tierra de Israel) aparece 154 veces. En el judaísmo se considera la Ley escrita, la base de la Ley Oral (el Mishná, el Talmud y el Shulján Aruj) estudiado, practicado y atesorado por el pueblo judío y el judaísmo durante tres milenios. El Talmud desarrolla en profundidad la conexión judía con la ciudad.

El Muro de los Lamentos es el lugar más importante para los judíos. Último remanente del templo judío construido por Herodes sobre las ruinas del templo de Salomón. Comprende el Muro Occidental, sección principal del Muro, ubicado en el vecindario judío de la Ciudad Vieja; y el Pequeño Muro, extensión del Muro Occidental, ubicado en un vecindario árabe, es lugar de oración para los judíos de distintas corrientes. El Templo fue construido en el lugar en el que, según la tradición judía, Abraham se aprestó a sacrificar a su hijo, Isaac.

El Monte del Templo (donde hoy se encuentra el Domo de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa) es considerado el lugar más sagrado, ya que en él se encontraba el Sancta Sanctorum, donde se alojaban las Tablas de la Ley. Durante el inicio de la Edad Media la zona al frente del Muro de los Lamentos fue usada como basurero, es por esto que la Puerta cercana al Muro se llama «Puerta Dung o Dung Gate».​ En el siglo XVI, el Sultán Suleiman II descubrió la ubicación del Muro e hizo limpiar la zona. ​

Hoy, los políticos y diplomáticos de buena parte de los países occidentales exigen la islamización de Jerusalem, cuando hablan de un ¿Estado Palestino? con capital en Jerusalem. Estoy seguro que esto es fruto de la ignorancia y de su antisemitismo.

Quisiera refrescarles la memoria a los olvidadizos e ilustrar a los ignorantes. Les dirijo las siguientes reflexiones:

Durante dos milenios llenos de dolor, mientras no éramos bienvenidos, rezamos todos los días para regresar a esta ciudad.

Tres veces al día solicitamos al Todopoderoso: “Reúnanos de los cuatro rincones del mundo, llévenos a nuestra tierra, regrésenos en misericordia a Jerusalem, su ciudad, y reine en ella como prometió”.

En cada Yom Kippur y Pesaj, expresamos fervientemente la esperanza de que el año que viene nos encontraría en Jerusalén.

Sus inquisiciones, pogromos, expulsiones, ghettos en los que nos han metido, sus bautismos forzados, sus sistemas de cuotas, su antisemitismo refinado y el horror indecible final, el holocausto (y, lo que es peor, su terrorífico desinterés en él): todo esto no nos ha roto. Pueden haber debilitado la poca fuerza moral que todavía ellos tienen, pero a nosotros nos forjaron en acero.

¿Creen que pueden rompernos ahora después de todo lo que hemos pasado?

¿Realmente creen que después de Dachau y Auschwitz estamos asustados por sus amenazas de bloqueos y sanciones?

Hemos estado en el infierno y volvimos -un infierno de su hechura. ¿Qué más pueden  tener en su arsenal que podría asustarnos?

Jerusalem fue bombardeada dos veces por naciones que se hacen llamar civilizadas. En 1948, el mundo miraba con apatía, cuando mujeres y niños nuestros eran volados en pedazos, después de que aceptamos el pedido de internacionalizar la ciudad. Fue una combinación mortal que hizo el trabajo: oficiales británicos, artilleros árabes y cañones fabricados en Estados Unidos.

Y luego el saqueo salvaje de la Ciudad Vieja: la matanza deliberada, la destrucción gratuita de todas las sinagogas y escuelas religiosas, la profanación de cementerios judíos, la venta por un gobierno macabro de lápidas para materiales de construcción, para corrales de aves, campamentos del ejército, incluso letrinas.

Y ningún líder dijo una sola palabra.

Nunca manifestaron la más mínima protesta cuando los jordanos cerraron el lugar más sagrado de nuestro país, el Muro de los Lamentos, en violación de las promesas que hicieron después de la guerra, una guerra que libraron, incidentalmente, contra la decisión de la ONU.

Ni un murmullo se escuchó del mundo cada vez que los legionarios “por casualidad”  abrieron fuego contra nuestros ciudadanos desde detrás de las paredes.

Sus corazones se desangraron cuando Berlín estuvo bajo asedio. Se apuraron en establecer  un puente aéreo “para salvar a los valientes berlineses”. Pero no enviaron ni una onza de comida cuando los judíos morían de hambre en la sitiada Jerusalem. Protestaron fervientemente contra la pared que los alemanes orientales construyeron a través del medio de la capital alemana, pero ni una sola voz salió a protestar por ese otro muro, el que atravesó el corazón de Jerusalén.

Y cuando eso mismo ocurrió 20 años después, y los árabes desataron un bombardeo salvaje, no provocado de la Ciudad Santa otra vez, tampoco dijeron nada.

La única vez que volvieron a la vida fue cuando la ciudad finalmente se volvió a unir. Entonces el Mundo habló por primera vez con altivez de “justicia” y la necesidad de la cualidad “cristiana” de poner la otra mejilla.

La verdad es de que el mundo da la impresión de que preferiría que Jerusalem fuera destruida en lugar de que la gobernaran los judíos. Triste, pero los prejuicios milenarios se filtran de cada una de sus declaraciones diplomáticas.

Por primera vez desde 1970, hay completa libertad religiosa para todos en Jerusalén. Por primera vez desde que los romanos pusieron una antorcha en el Templo, todos tienen los mismos derechos.  Detestamos la espada, pero nos han obligado a tomarla. Anhelamos la paz, pero no volveremos a la paz de 1948.

Estamos en casa. Y eso tiene un sonido encantador para una nación que los líderes musulmanes alentados por muchos dirigentes tanto de Oriente como Occidente pretenden,  incitan y alientan a los fanáticos así llamados “palestinos” a condenarnos a permanecer vagando por la faz de la tierra hasta el fin de los tiempos o a ser eliminada del todo. Pero, No nos vamos.

Estamos redimiendo la promesa hecha por nuestros antepasados: Jerusalén está siendo reconstruida.

 

“El próximo año” y el año después, y después, y después, hasta el final de los tiempos – “¡en Jerusalén”!

 

Azi Wolfenson

https://aziwolfensonulanowski.wordpress.com/

Jerusalem

Jerusalem

 

Vista noctura espectacular del Muro de los Lamentos

Vista noctura espectacular del Muro de los Lamentos

 

Vista del Muro de los Lamentos

Vista del Muro de los Lamentos

 

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