La agricultura en interiores es una nueva tecnología que implica el cultivo en un entorno controlado, como invernaderos o granjas verticales. Esto se puede lograr mediante técnicas como la hidroponía, que es un método de cultivo sin suelo, o la aeroponía, un método que permite el cultivo en una neblina de agua. Esta técnica reduce notablemente la cantidad de tierra y agua requerida para el cultivo, y a su vez disminuye el uso de pesticidas y otros químicos.
Esta novedad la trata Marc Fortuño en el Blog Salmon y se aboca a Holanda y España y toma de referencia al tomate. Por razones de espacio, sólo tomaremos a Holanda, aunque advirtiendo que curiosamente .estos países presentan modelos de producción dispares entre sí, lo que nos permite apreciar la diversidad de enfoques y estrategias en el mundo agrícola actual.
Holanda a pesar de su tamaño reducido y su apariencia compacta geográfica, figura entre las principales naciones exportadoras de alimentos a nivel mundial en términos de valor bruto. Los Países Bajos han logrado establecerse como una potencia agrícola a nivel global, desafiando las expectativas tradicionales. Para ello ha transformado su territorio en un mar de invernaderos tecnológicamente avanzados con la agricultura en interiores.
Como señale, los resultados son impresionantes: la reducción del consumo de agua y tierra, la minimización del uso de pesticidas y la optimización de los rendimientos.
Los Países Bajos cuentan con aproximadamente 24.000 hectáreas de cultivos en invernaderos, los que utilizan pocos fertilizantes y agua, logrando cosechar en una hectárea lo que requeriría 10 hectáreas de cultivo convencional. Ello mediante la automotización. Ello, recalca Fortuño, permite que los trabajadores del sector están orientados a puestos técnicos que supervisan los sistemas de control climático, riego y fertilización o bien ingenieros encargados de diseñar y mantener la infraestructura de los invernaderos y sistemas tecnológicos adecuados. Esto implica la recolección de datos relativos a diversos factores que influyen en el crecimiento de los cultivos, tales como la humedad del suelo, los niveles de nutrientes y las poblaciones de plagas. Estos datos reducen el desperdicio y mejora la eficiencia mientras se minimiza el impacto ambiental.
Un “plus” es que estos Países Bajos son líderes en la implementación de estrategias de manejo integrado de plagas con métodos naturales, como controles biológicos y manipulación del hábitat. Los controles biológicos consisten en emplear depredadores naturales, como mariquitas o avispas parasitarias, para las plagas.
El post, como advertí, refiere asimismo a España, quien tiene una estrategia diferente para los cultivos y se realiza al aire libre.
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