A inicios de los 80´s y en plena toma de los rehenes norteamericanos en Irán y en época del Presidente Jimmy Carter; un grupo de inversores lograron controlar el mercado mundial de la plata y la codicia convirtió ello en un desastre total.
Los culpables: los hermanos Hunt. Deviene esto del rompimiento de lo que los EEUU acordó en Bretton Woods en el año 1944, de fijar la paridad del oro a US$ 35 la onza troy y así consolidar la supremacía del dólar.
EL ACUERDO
Por diversas circunstancias, que hicieron quedar mal al Presidente Nixon, quien luego de una célebre reunión en Washington DC, con los ministros de Finanzas de los países más importantes del mundo, señaló a su salida del Smithsonian en 1971, que ello era el “Acuerdo más importante de la Historia del Mundo Financiero”. Al poco tiempo se rompió el mismo, luego de un ataque especulativo a la libra esterlina.
En 1973 la familia Hunt de Texas, primeras fortunas de los EEUU que provenía de la industria del petróleo, decidieron empezar a comprar metales preciosos como una forma de cubrir su patrimonio contra la inflación. El oro no podía ser acumulado por individuos privados, así que los hermanos Hunt se fueron a la plata, como refugio a la moneda fiduciaria.
La política de la Fed de tasa de interés baja, despertó a los Hunt quienes dejaron de comprar plata física con capital y empezaron a comprarla con apalancamientos sobre el capital empleado.
El precio no superaba los US$ 1.95 la onza. A principios de 1979, cuando los Hunt empezaron a utilizar el apalancamiento para adquirir el metal precioso, el precio rondaba los US$ 5 la onza. Posiblemente y sin apalancarse, las cosas habrían acabado de forma diferente para ellos, obteniendo una rentabilidad sobre su inversión.
POOL DE LA PLATA
Pero los hermanos Hunt (Nelson Bunker y William Herbert Hunt) junto con unos inversores árabes decidieron formar el denominado pool de la plata. En poco tiempo habían acumulado cerca de 200 millones de onzas, aproximadamente el 77% de las reservas mundiales de plata disponibles, ya fuera con la posesión física del metal ya fuera vía contratos de futuros (Hedge Funds). A principios de los 80´s la plata llegó a cotizar a US$ 54 la onza.
Los Hunt y sus asociados, habían elevado su apalancamiento utilizado para seguir comprando plata. Y sabían que si cambiaban las reglas del juego, podían quebrar dado que los activos no cubrirían las deudas. La única forma de mantenerse en el juego era consiguiendo que el precio del activo mantenga o incremente su valor. Los hermanos Hunt siguieron apostando a que el precio de la plata seguiría subiendo, habían llegado al punto de no retorno o la plata subía o quebraban y ellos eran el “mercado”.
JUGARON A LA BAJA
Los inversores de Wall Street empezaron a apostar con ventas al descubierto por una caída en el precio del metal. El volumen del mercado de futuros creció tanto que era imposible que al vencimiento se pudiera cumplir con la obligación de entregar semejantes cantidades de plata y el mercado de futuros sobre la plata corría el riesgo de entrar en bancarrota.
El Gobierno Norteamericano se encontró que salvaba a los hermanos Hunt o rescataba a los bancos de Wall Street y al mercado de futuros. Llegados a este punto los hermanos Hunt habían comprado más plata que la que existía en el mundo. Para salvar a la banca, simplemente había que cambiar las reglas del juego y hundir a los hermanos Hunt. Los reguladores del mercado de futuros se pusieron manos a la obra, la CFTC/COMEX/CBOT.
SE TOMARON TRES MEDIDAS
La más importante, incrementarla exigencia de colaterales a los inversores que apostaran con futuros a un alza en el precio de la plata pero sin tocar los colaterales exigidos para los inversores que apostaran a una baja en el precio de la plata.
Aplastaron así la potencia financiera de los hermanos Hunt, que de repente vieron cómo se les exigían nuevas garantías para poder mantener sus posiciones en el mercado de futuros y en la práctica significaba que ya no podían seguir comprando más plata. La FED al incrementar los tipos de interés elevo el coste del apalancamiento de los Hunt y prohibió que la banca prestara dinero a los inversores especulativos.
La suerte de los Hunt estaba echada. Los bancos de Wall Street que tenían posiciones cortas en plata compraron y los Hunt empezaron a verse obligados a liquidar sus enormes posiciones al precio que querían los bancos que estaban cortos apostando a una caída del precio de la plata.
JUEVES 27 DE MARZO DEL 80
Ese día el precio de la plata se desplomó un 50%, pasando de U$21.62 a U$10.80 la onza. Los Hunt estaban hundidos. Se tuvieron que declarar en quiebra, fueron procesados y condenados por manipular el precio del mercado y en 1987 sus pasivos ascendían a US$ 2.500 millones contra activos valorados en US$1.500 millones.
En el fondo lo que estaban transmitiendo los Hunt era muy claro y conciso “no nos fiamos del actual sistema monetario y el papel moneda no vale nada”.
La FED, los reguladores, el gobierno y los bancos no se podían permitir que el oro y la plata parecieran una inversión segura, ya que convertía el papel moneda en una inversión poco segura. Derribar a los hermanos Hunt se convirtió en una cuestión estratégica de prioridad nacional.