Por: Dennis Falvy // La rotura del silencio sísmico

por | Ene 14, 2024 | Opinión

El reciente terremoto en Japón, que es un país con enorme prevención para los sismos y una sucesión de sismos de menor grado mundiales, nos recuerda que estos eventos son recurrentes y que hay que estar preparados. Hay uno que data de 1746 en Lima Callao y que ya lleva una punta de años en “Silencio sísmico”.

Sucesivos gobiernos han despilfarrado el dinero que se guardó en el Fondo de Estabilización Fiscal; FEF, el que llegó a ser de US$ 9,100 millones y se fue gastando en nimiedades dejando sólo apenas 1 millón de dólares en plena pandemia en el año 2020.

El FEES, su homólogo chileno si uso su dinero en 2 terremotos en ese país y tiene un saldo actual de US$ 10,000 millones, además de una estructura administrativa de la que el FEF, liderado por el presidente del BCRP, desde siempre, adolece. Al FEF se le ha restablecido algo.

El caso es que Instituto Geofísico del Perú, advierte recurrentemente de un sismo fenomenal y dantesco para la costa limeña. Y señala que la medición de los sismos es semilogarítmica y al pasar de un grado a otro, se exponencia el daño.

En la de Richter cada unidad equivale a 32 veces la anterior, es decir, uno de 5 grados es 32 veces más fuerte que el de 4.

Como señalé, en el 2010 Haití, luego de 250 años de silencio, el 12 de enero, el terremoto dejó 222,570 muertos y un millón y medio de damnificados, pérdidas de US$ 8,000 millones y ayuda internacional complicada por falta de lugares en donde aterrizar.

El sismo más devastador ocurrió en Callao el 28 de octubre de 1746, luego de uno terrible en 1687. Fue de casi 9 MW y más de tres minutos en la escala del momento y luego maremoto. Sólo 200 de los 5,000 habitantes del Callao sobrevivieron.

En el 2010, una recreación en 3D de la empresa Arvo Corporación, mostró el impacto de un maremoto similar al de 1746. Esto hecho con drones de gran potencia, mostró que cientos de casas quedarían bajo el agua.

En el 2015, las simulaciones del Centro Peruano-Japonés de Investigaciones Sísmicas y Desastres (Cismid), entidad de la UNI, indicaron que un terremoto de 8.5 grados provocaría 15 metros de profundidad. Y se dio consejos de usar edificios que alcanzaría para la mitad de la población punteña. Esto se complicaría más si el maremoto ocurre en temporada de verano, en que se recibe 30 mil visitantes.

La propuesta, del 2015, tuvo de recomendación un refugio para 10 mil personas con una estructura de columnas y elevación de 14 metros. Se ubicaría en un terreno de 30 mil m2 que el Callao le cedió a La Punta, en la playa Carpayo. Nada se ha hecho. Ello es criminal. Da realmente repulsa la gente que debe tomar decisiones.

El sismólogo Brady predijo un sismo de grandes proporciones y de grado 9 en la costa peruana en 1981. No sucedió.

La historia registra que el 20 de octubre de 1687 a las 4 am hubo un sismo de 15 minutos de proporciones siniestras. Pasado el prolongadísimo sacudón, la población comenzó a reaccionar.

El Virrey Duque de la Plata impartió de inmediato las órdenes adecuadas y la gente ya se estaba tranquilizando, cuando a las 6 y 30 de la mañana, volvió a crujir la tierra otro fortísimo y largo sismo. La destrucción fue total.  El puerto del Callao, aparte de los estragos del sismo, sufrió las gravísimas consecuencias y muertes.

En la provincia de Lima, en una extensión como de 200 leguas; el trigo encareció y dejó de producirse en la costa del Perú y desde entonces se tuvo que importar de Chile.

Un nuevo terremoto sumamente violento se registró el 10 de noviembre, prolongándose las réplicas hasta el día 2 de diciembre, cuando se agravó la situación, por haberse difundido la noticia falsa de una salida del mar.

Aquel mismo día, un copioso aguacero trajo por tierra los restos de las construcciones que aún se mantenían en pie. Curiosamente, después del chubasco, los temblores cesaron de producirse. De allí vinieron enfermedades que mataron a más gente que el mismo sismo.

Fue por estos sismos, que salió a las calles una réplica de la imagen del Cristo de Pachacamilla, que había quedado incólume de un sismo de 1655, lo que fue considerado como un prodigio. De allí nació la procesión del señor de los milagros.

En rigor, luego del terremoto de 1974 que afectó Lima, han crecido distritos como Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Ventanilla, todos construidos sin control y sobre laderas de cerros.

Sobre los edificios, en el malecón de la Costa Verde, el Presidente del IGP advirtió que después del terremoto que se dio en Lima en el año 40, en los diarios de ese entonces, una persona que estuvo en el frontón reveló: «Nunca he visto una catarata tan grande de piedras y tierra, cuyo polvo desapareció Lima». De darse un tsunami en Lima, la gente tendría un promedio de 12 a 15 minutos para evacuar y alejarse de las zonas costeras.

El sismo del 28 de octubre de 1746, el Callao, fue el más afectado pues, tras moverse la tierra, vino un maremoto que destruyó barcos, naves de guerra, viviendas y un hospital. Además de provocar la muerte de casi toda la comunidad chalaca.

No se ha liberado energía en casi 280 años. La ciencia  ha logrado identificar dónde es que las placas no se mueven, “lo cual es el principal indicativo de que ahí va haber un sismo “En el Perú sabemos que frente a Lima hay 400 kilómetros de área que debe romperse.

El sismo de 6 grados libera la energía de 30 bombas de Hiroshima, el de 7 libera 900 bombas. Es una escala semilogarítmica. No hay libración en las decenas de temblores ni es los pasados terremotos. Cuanto más grande es el sismo, se necesita mayor periodo de acumulación de energía y eso también involucra mayor área por romperse; va a durar más tiempo y va a generar mayor sacudimiento del suelo.

Las zonas más afectadas serían Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, El Agustino, San Martín de Porres. Así como Independencia y Lurín; por mayormente suelos inadecuados.

En San Francisco en los EEUU, asimismo se sabe que habrá tarde o temprano un sismo, y ello por la falla de San Andrés. Y aquí en el Perú si bien hubo terremotos, varios seguidos en Lima en los años 1966; 1970 y 1974, estos no fueron de manera alguna catastróficos como lo que se señala fue el de 1940 en el Callao.

Estamos pues en stand by y que yo sepa de simulaciones que casi nadie cumple o lo toman en serio y de “Mochilas de Emergencia” y las que queden serán robadas como lo son hoy en día los celulares. No hay en realidad plan alguno para la rotura del silencio sísmico. Es realmente espeluznante el futuro.

https://gestion.pe/peru/terremoto-sismo-igp-silencio-sismico-en-lima-los-distritos-que-serian-mas-afectados-en-caso-de-un-terremoto-noticia/


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