Por: Dennis Falvy // Los «depósitos calientes»

por | Oct 13, 2023 | Opinión

Con anterioridad a 1,914, año de inicio de la I Guerra Mundial, no existía nada parecido al “dinero caliente”, entendiendo como tal un enorme número de patrimonios personales y empresariales a la búsqueda de refugio, saltando nerviosamente de un país en el que no confían en absoluto, a otro en el que confían sólo a medias y durante poco tiempo, temiendo siempre ser confiscados o quedar atrapados por una devaluación monetaria o una moratoria (suspensión de pagos).

En efecto, en aquella época, todo el mundo civilizado disponía de una moneda de oro que no había sido devaluada durante más de ochenta años, los gobiernos equilibraban sus presupuestos y pagaban sus deudas y la gente hacía planes y podía invertir a largo plazo. Un periodo clasificado por los historiadores como “Capitalismo Salvaje”. El caso es que hoy existe el dinero caliente (Hot) o flujo especulativo de capital, que es uno de corto plazo que busca la a diferencia entre el nivel de la tasa de interés de un país y otro. Es decir, la máxima rentabilidad financiera. Por ello, es que este dinero se mueve rápida y continuamente entre diferentes países y afecta tasa de cambio y balanza de pagos debido a que sus cambios alteran ambos aspectos.

Según informa la BBC Mundo, los depósitos calientes crecieron un 86% en el segundo trimestre en comparación al mismo período del año anterior en los EEUU y ahora los reguladores les están siguiendo la pista para asegurarse de que si llega una tormenta financiera, la banca pueda resistir el mal tiempo sin sobresaltos.

No quieren que se repita la crisis ocurrida en marzo de este año cuando, por distintas razones, quebraron tres bancos (Silvergate, Silicon Valley y Signature) que habían concentrado sus negocios en sectores de alto riesgo o que estaban demasiado expuestos a los cambios en la tasa de interés. Estos bancos no pudieron responder a sus obligaciones y se los tuvo que intervenir.

¿Qué pasa cuando una gran parte de los fondos que maneja un banco no viene del dinero de los depositantes comunes y corrientes sino de los llamados “depósitos calientes”? En estos depósitos participa un intermediario entre el banco y el cliente.

En Estados Unidos, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, establece regulaciones para este tipo de depósitos, al considerarlos una fuente de fondos más riesgosa para los bancos que los depósitos regulares.

El intermediario, habitualmente gigantes de las finanzas que administran la riqueza de sus clientes, como Morgan Stanley o Fidelity, es conocido como un “Corredor de Depósitos” encargado de facilitar el movimiento desde los grandes inversionistas hacia las instituciones bancarias.

Y los grandes inversionistas ponen su dinero en este tipo de instrumentos, porque consiguen tasas de interés preferenciales en comparación al resto de los clientes.

Para el banco es una manera de conseguir grandes sumas de dinero rápidamente y así tener liquidez para llevar a cabo sus operaciones.

Los bancos estadounidenses contaban colectivamente con más de US$1.2 billones en depósitos calientes en el segundo trimestre del año, según datos recopilados por el Wall Street Journal. Esto supone un aumento del 86% con respecto al año anterior.

Los depósitos intermediados son más riesgosos que los depósitos regulares, entre otras razones, por la facilidad con la que los grandes inversionistas se pueden marchar si encuentran una oportunidad de inversión más conveniente o más segura, según sea el caso. Si los intermediarios se ponen nerviosos pueden sacar el dinero de inmediato. Con la misma velocidad que llegan pueden irse.

Los depósitos tradicionales, suelen ser más estables en el largo plazo, tienen costos predecibles y son menos sensibles a las fluctuaciones de las tasas de interés.

Según las normas que existen en Estados Unidos, sólo los bancos bien capitalizados y con una gran cantidad de activos, pueden solicitar y aceptar depósitos calientes. Y eso es lo que muchos han estado haciendo en el último año. Los bancos en Latinoamérica son más conservadores en su forma de financiarse.

En rigor entonces, si la banca está tranquila y no se ve una gran inestabilidad en el horizonte, los depósitos calientes les permiten a las entidades financieras apuntalar sus negocios del crédito y mejorar sus balances de manera temporal.  En ese sentido, no constituyen en sí mismos una señal negativa o un signo preocupante, pero si crecen velozmente, los reguladores hacen saltar las alarmas porque pueden dejar a un banco en una posición más vulnerable.

Entonces, “un problema podría ocurrir, por ejemplo, si hay una salida importante de fondos y los bancos se quedan con una proporción más alta de este tipo de depósitos que son más caros.

En América Latina, como ya señalé los depósitos calientes no son ampliamente utilizados. Los bancos en Latinoamérica son más conservadores en su forma de financiarse, debido a temas regulatorios y por la manera en que manejan los riesgos.

Así, la intermediación financiera es mucho más baja en Latinoamérica que en otras partes del mundo, lo cual hace que este tipo de riesgos relacionados con el sector bancario sean mucho menores.


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