El analista Jorge Picón , postula que a su juicio la“Megainformalidad”es un feroz enemigo siniestro para el Perú y hace un buen tiempo que viene generando un recurrente caos perverso. Hay que advertir, señala, que no debemos confundirnos con aquella informalidad de supervivencia, que deviene de una enorme promoción que ocultò el error de Hernando de Soto, en creer que lo expuesto hace ya tantos años en su exquisito libro “ El Otro Sendero”, era el non plus ultra de la clase emergente peruana.
Pero al margen de ello, estamos frente a una megainformalidad que ha formado multimillonarios en distintos sectores, que dejan de pagar millones de numerario por impuestos al año, y cuya riqueza se ha gestado de manera preocupante y hasta siniestra por más de 2 décadas.
Esta riqueza informal, apunta Jorge Picón, se ha gestado en gran parte del país, en diversos sectores económicos con ventajas competitivas y perversidades en aspectos como el narcotráfico, la tala ilegal y el contrabando. Uno de los que ha avanzado un montón , es la minería informal e ilegal del oro, que cada vez crece mas.
Al 2021 ,producía anualmente 24 mil kilos de oro, superando los US $ 2,500 millones anuales, congregando a más de 500 mil personas, manejando su riqueza en pocas manos con miles de personas sometidas bajo su mando. Los recursos entonces que manejan son enormes y dada su cada vez mayor importancia ,se protegen contra quienes tratan de reducirlos.
Desafortunadamente y pese a tantos años de manejo mafioso y con cantidades enormes de numerario, lo que se ha investigado, actuado y publicado de parte del Estado es nimio, irrelevante y por ende no han generado una acción contundente y coherente.
Tampoco se ha analizado mucho en los medios de comunicación, ni por sesudos opinólogos. No resulta claro, sostiene el Dr Picón, si estamos ante una situación de desidia, ignorancia o corrupción.
Es complicado ubicarse en sólo uno de estos aspectos. Pero resulta que las entidades competentes como Sunat, UIF, la Fiscalìa y fuerzas del orden , deben plantear de manera urgente y priorizada una agenda adecuada a la situación. Y, no sólo por la recaudación tributaria, que pueda generar y la retoma del Estado de Derecho , sino para reducir y en todo caso desaparecer en el tiempo , los recursos que financian el caos, para beneficio de los megainformales. ¿Se le dará por fin alta prioridad al tema?