Por: Edgar Alarcón Tejada / Muy a nuestro pesar, la semana pasada acertamos en nuestro análisis con respecto a las razones de fuste que hacían peligrar que Pedro Cateriano consiguiera el voto de investidura por parte del Congreso de la República.
No había que ser adivino para prever que los mismos motivos que minan el Pacto Social anunciado por Vizcarra, socababan también el respaldo del Congreso al Gabinete ministerial.
En efecto, existen varios ítems en la agenda política nacional que generan disonancias preocupantes:
Está el tema de los cuestionamientos que persiguen al ministro de Educación: a su cuestionada autorización (dada durante su gestión al frente de la Sunedu) a universidades que no reunían los requisitos debidos para su funcionamiento, ahora se suma el clamoroso caso del fallido proceso de adquisición de tablets para los niños de los lugares más apartados del país.
Otro tema no aclarados son la falta de atención brindada a la pequeña y mediana empresa dentro de la propuesta de reactivación de la economía nacional. Es absurdo confiar exclusivamente en el sistema bancario nacional para colocar los créditos que el Estado financia con intereses subvencionados. ¿Por qué no crear un programa MI DEUDA PERU, que permita al estado comprar las deudas menores de 50,000 soles de los micro, pequeños empresarios y personas naturales, esta cartera seria administrada por el banco de la Nación a intereses mínimos?
Un tema pendiente de respuesta es por qué hasta la fecha el Gobierno no aplica lo que establece tanto la Ley Nacional de Salud como la Ley de Movilización Nacional, normas que autorizan al Ejecutivo, en periodos de crisis epidémicas y sanitarias, a intervenir en la administración de entidades privadas (léase clínicas y/o empresas encargadas de la venta de oxígeno) a fin de garantizar el acceso a la salud y el derecho a la vida de millones de peruanos.
En ese contexto, viene una nueva solicitud de voto de investidura por parte, esta vez, del Gabinete Martos. Así las cosas, y el ministro Benavides en la cartera de Educación y la ministra Alva en el portafolio de Economía y Finanzas, dos son los escenarios posibles:
Una primera posibilidad es que, como sucedió el 3 de agosto último, el Premier Martos no logre los votos necesarios para la investidura del gabinete ministerial, con lo cual entraríamos a un escenario crítico para el Gobierno, que nos traería a la memoria lo sucedido a fines de la década del 60 del siglo pasado, durante el primer gobierno de Fernando Belaunde Terry, que culminó con el Golpe de Estado del 3 de octubre por parte de las Fuerzas Armadas. Obviamente, no es lo deseable democráticamente hablando.
Una segunda posibilidad sería que el Congreso, a regañadientes, tapándose la nariz y mirando para otro lado, otorgue finalmente el voto de investidura al Gabinete Martos, pero dos días después, interpele al ministro Benavides, censurándolo y propiciando su salida de la cartera de Educación.
Este último escenario es el más probable, con lo cual terminaría, de momento, este tenso episodio de la política nacional.
(*) Congresista de la República