Por: Enrique Peramás / Floyd murió en la ciudad de Minneapolis, luego de estar casi 9 minutos en el suelo, rogándole al policía Dereek Chauvin que le dejara respirar porque seguía presionándole el cuello con la rodilla.
Es el racismo una de las formas condenable de discriminación, pero no solo se discrimina por raza, sino también por sexo, religión, condición social, posición económica, educación, nacionalidad, entre otros.
En nuestro país una de las formas más exponencial de discriminación, se da a través de la educación. Ahí está el punto de partida de la profunda desigualdad de la sociedad peruana.
Cuando nos enteramos que cerca de 50 niños puneños de la comunidad de Kantanti Ururi del distrito de Cojata, en la provincia de Huancané, frontera con Bolivia, tienen que caminar 5 kilómetros y subir al cerro Katani Jincha para captar señal de radio peruana, es porque las prioridades para los que nos gobiernan son otras.
Vayamos a las acciones que está tomando el Estado para combatir la discriminación. En el año 2000 se incorporó en el Código Penal una norma que tipifica los actos de discriminación. Sin embargo, son muy poco los casos que han sido sancionados en 20 años, lo que de por sí es un indicador lamentable de impunidad. Aún se cree que porque una persona es humilde y pobre puede ser maltratada, y encima no pasa nada.
Nos falta asumir un mayor compromiso, para que la discriminación sea erradicada definitivamente. Sin embargo seamos sinceros, abordar este tema, es en nuestro país políticamente incorrecto, algunos piensan que se pretende incentivar el odio o la violencia, y es al revés. Es justamente sensibilizando y enfrentando el problema, logramos una convivencia pacífica.
Hagamos una lucha frontal contra la discriminación, empoderemos un cambio cultural, que modifique comportamientos y procure el surgimiento de un modelo social y político equitativo, siendo la reciprocidad y el respeto a las diferencias sus mejores aliados.
Respirar es un acto vital para todos nosotros, y ahora con mayor razón en épocas de pandemia lo entendemos más gráficamente. Vemos con tristeza, como la falta de oxígeno nos está pasando la factura como sociedad. Es penoso pero son las grandes desigualdades, lo que está llevando a que muchos peruanos pierdan la vida, porque no podemos ayudarlos a respirar. Debimos priorizar la salud pública pero no lo hicimos. Será porque ninguno de los que nos han gobernado y sus familias, se atienden en un hospital.
Entendamos que la discriminación no nos deja respirar aires de justicia e igualdad, y es por ello, que los niveles de gobierno, tienen un rol fundamental en lograr que los ciudadano tomemos conciencia de la importancia de la construcción de un país más justo. Acá no es un tema de individualismo. Es un compromiso social. En donde nadie debe quedarse atrás.
Recordemos al gran Martin Luther King: “Hemos aprendido a volar como a los pájaros, a nadar como a los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos” .