Libremente, la mitad de los peruanos (somos 32.51 millones) estamos a punto de elegir la esclavitud política. Llenos de vida, estamos destruyendo la nación. Lo hacemos porque la ignorancia es el principal enemigo del hombre. Cómo en otras naciones americanas, nuestro país dejaría de ser república civilizada el 28 de julio. Los seguidores de sendero luminoso mataron a 16 peruanos entre varones, mujeres, adolescentes y niños, de los cuales 14 ya están identificados, en el poblado de Vizcatán del Ene, en la Selva Central, el 23 de mayo. A la ignorancia le sigue el odio, y al odio la muerte.
Ha sido una venganza mortal de sendero luminoso, en el VRAEM, que lleva 31 años. Luchan contra ellos pacíficos ronderos de autodefensa contra cultivadores clandestinos de cocaína, fabricantes informales de cocaína, transportadores y distribuidores de PBC desde donde se proyectan al mercado nacional e internacional de drogas. En el Vraem, hemos sido víctimas de 56 acciones de violencia desde el 2020 a la fecha.
En las últimas dos décadas, la economía peruana ha tenido un nivel de crecimiento notable respecto de otras economías del mundo, solo comparable a la de China. Según la revista América Economía y el Fondo Monetario Internacional, el país tuvo en el año 2008 la segunda inflación más baja del mundo después de Francia y por lo tanto una de las economías en este sentido más sólidas de la región.
Cada país tiene el jefe de estado que se merece, dice un viejo pensamiento. En América Latina, pobre Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela. En el Perú, hemos pasado de ser una autocracia y de un conjunto de culturas nativas a ser imperio multinacional, de reino y virreino a república caudillista a democrática, y ahora, doscientos años después, queremos cambiarlo todo en un día: forma de pensar y hablar, de estado y gobierno, de constitución y Tribunal Constitucional… Cambiar la alternancia democrática por la tiranía totalitaria.
¿Qué responsabilidad cabe a los últimos jefes de estado ante una eventual caída de la república? ¿Y a los últimos parlamentos y aparatos de justicia? ¿Y a los intentos de regionalización? ¿Seremos pronto una nación fallida? ¿Cambiaremos de religión, de cultura, de civilización? ¿De Fuerzas Armadas, de valores, de patria? ¿O se trata de buena o mala suerte?
El último 25 de mayo la Conferencia Episcopal Peruana publicó un comunicado en el que recuerda a los electores que el 6 de junio no solamente son sujetos de derecho de sufragio sino también de deber. E invoca a votar de forma digna, responsable y bien informada, eligiendo a la persona mejor informada sobre valores como libertad y estado de derecho, vida y familia, dignidad y propiedad, respeto a los derechos internacionales y a los valores heredados de la gesta de la independencia nacional que celebraremos el 28 de julio.
San Juan Pablo II condenó expresamente el terrorismo de sendero luminoso in situ, en el aeropuerto de Huamanga. “Unanchacuqpa Cuyacuinintam apamuiquichic, allpaichichicpi tarpusqa sonqoiquichicta causarichinampaq” (Os traigo el amor de nuestro Dios, para que sembrado en vuestra tierra, sea la resurrección de vuestros corazones). No olvidemos el mensaje del Papa que venció al comunismo.