El Perú y los peruanos no podemos vivir de frustraciones en frustraciones suponiendo una encarnación de voluntad contradictoria entre autoridades a más alto nivel del Gobierno. Unos anuncian una cosa y otros, cosa distinta sobre un mismo tema: La cuestión de la vacuna.
Pues, eso genera suspicacias en el orden natural de las cosas, porque la cansada mirada del común de los mortales ya no soporta más mecidas. Veamos: El expresidente Martín Vizcarra en su momento, anunció al país que tendríamos la ansiada vacuna para diciembre del 2020.
Luego, el Presidente Sagásti anuncia lo propio para fines del primer trimestre. Sale la premier con el pie en alto y enmendando la plana al primer mandatario anuncia para mediados del 2021. No obstante, en el exterior se indica que la vacuna llegará a Perú recién el 2022 (Ver la publicación de The Economist).
“Puedo asegurar que durante el primer trimestre del año 2021 vamos a tener vacuna en Perú, de acuerdo al estado de las negociaciones hoy”. Sobria y con cierta altanería, la inexperta Primera Ministra asegura con algo de certeza, lo que otros niegan con cierta cautela.
Por ejemplo, el viceministro de Salud, Luis Suárez, declaró para el Programa Agenda Política de Canal N, que aún no se tenía seguridad en la fecha de la llegada de vacunas.
Mantengo fresca aun en mi memoria, la decisión del Gobierno de Martín Vizcarra: 19 de junio del 2020, durante la gestión de Víctor Zamora, en el Ministerio de Salud cuando se conformó el Comité Multisectorial para la adquisición de la vacuna contra el COVI-19. Luego, el 2 de agosto se firmó el primer acuerdo de confidencialidad con Pfizer y días después se constituyó el Comando Vacuna.
El 11 de agosto del 2020 se creó otra comisión encargada de las negociaciones a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores. Posteriormente, el 20 de agosto, el entonces presidente Martín Vizcarra, anunció la adquisición de 30 millones de vacunas. ¡Viva la vacuna para todos!.
Entonces, el 7 de octubre se aprueba Decreto de Urgencia para comprar vacunas a Pfizer y Covax Facility. Asimismo, se aprobó el Plan de Vacunación. Resulta que, aparentemente, cojudearon a los peruanos o se mantuvo algún tipo de entendimiento sobre el particular. Algún día sabremos si existió un reblandecimiento enfermizo con lengua saburrosa.
La incertidumbre mata silenciosamente. Europa tiene asegurada su vacuna y retorna a restricciones para disminuir el repunte de contagios y más muertes.
Perú, con incertidumbre no tiene vacuna y se apertura peligrosamente al exterior, flexibilizando todas las actividades económicas, vuelos internacionales, mercados, casinos, discotecas, etc.
Entonces, el ciudadano relajado y cansados de la cuarentena y encierro forzado, sale apretujado y los contagios y muertes se incrementan peligrosamente.
Valen los negocios antes que la salud. Resulta claro, las aglomeraciones en los trasportes públicos, mercados, grandes cadenas comerciales, etc. avivan el virus y, no tenemos vacuna. Entonces, la muerte sonríe al ingenuo ante la sombra fatal de la incertidumbre.
(*) Abogado penalista y analista político
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