Por: Jorge B. Hugo / ¿Los médicos: héroes olvidados?

por | Jul 24, 2020 | Sin categoría

Por: Jorge B. Hugo Álvarez / Un héroe no es solo una persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria que requiere de mucho valor en campos de batalla militares, sino también aquellos guerreros en tempos de Pandemia, que luchan en los desolados campos de la medicina, contra un enemigo invisible, pequeño, pero más mortal que la bala de un fusil.

Siempre he considerado que la más alta y la más sagrada misión de un médico en general, es salvar vidas. Si esas vidas son salvadas en condiciones adversas y extraordinarias, incluso con riesgo de su propia existencia; entonces esos médicos son unos héroes.

Conocido son las buenas cualidades y los valores supremos de un médico guerrero, más aún, cuando marcan las pautas de sacrificios en lucha contra el Coronavirus. Eso es, Jorge Antonio Anicama Bravo y otros médicos guerreros del Hospital Edgardo Rebagliati y Cínica Centenario, quienes lucharon y luchan, contra el coronavirus como unos héroes anónimos en guerra con las armas de su sapiencia, su destreza y la habilidad de sus manos.

Todo médico guerrero, sacrificado, sensible al dolor humano merece nuestro profundo respeto por sus múltiples talentos, su laboriosidad, su trabajo y su amor al paciente como sagrada misión de su vida.

Reclamamos para ellos, el mérito de su enorme sacrificio que los enaltecen. Son héroes anónimos para el común de los mortales; almas puras y nobles de los pocos que se forjan al calor del pueblo peruano.

Se distinguen porque no son los médicos de escritorios e insensibles por antonomasia. Otra cosa sería nuestra Nación si éstos héroes anónimos se multiplicaran a lo largo y ancho de nuestro país.

Ellos hicieron de un hospital o un consultorio sus baluartes o bastiones hechos  fortaleza de gran eficacia, aun con todas sus dificultades y las pocas armas sanitarias que el Estado les provee, tomaron la decisión de destruir a ese gigantesco muro invisible de coronavirus.

Concedemos de antemano nuestra gratitud a nuestros héroes en vida y aquellos otros que fallecieron en el batallar desigual contra las fuerzas del mal. La Patria está en deuda con ellos. No necesitamos repetir que la fuerza moral de estos prohombres de la ciencia médica no condiciona ni exigen recompensas materiales por sus actos de servicios en el campo de batalla sanitaria.

Sólo quieren el amor del pueblo, las armas que el Estado debe proveerles y la gratitud del alma doliente de sus pacientes.   Para ellos, es un honor perder la vida en batalla contra el COVI 19; para otros la sabrosa ventaja de hacer magníficos negocios con el dolor humano.

Nada más despreciable y provocador de éstos últimos. Cuan exacta está la advertencia de los médicos y el personal auxiliar de no bajar la guardia y convocar a una resistencia firme para luchar contra el Virus mortal del Covi 19.

Al final,  aun cuando tengamos que convivir con el enemigo, serán la vacunas y los médicos quienes nos salvarán de un enemigo común a la humanidad.

                                                          (*) Abogado penalista Y Analista político.


Más recientes

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial