Fue Abascal el líder de VOX en España el que acuñó este concepto. Se refería a los traidores de siempre. A los que quieren quedar bien con Dios y con el diablo. A los que proclaman su posición de derecha para reducir el estado, para bajar los impuestos, pero en temas de fondo, en asuntos morales, en aquellos temas de valores que deben ser no negociables, son lo suficientemente elásticos como para terminar de tontos útiles del zurderío.
En el Perú esa derechita cobarde abunda. Son correctos amantes del libre mercado, defensores de la constitución, hábiles constructores de siglas, promotores de causas, pasadores de gorra en cocteles de alta sociedad y espejos de la caviarada.
En momentos como este, en que nos jugamos el destino del país, en que está en riesgo incluso su permanencia como nación y la vida de nuestros hijos, la derechita cobarde peruana, desde lo alto de sus think tanks está dispuesta a pactar con los que la han de asesinar a la vuelta de la esquina.
Son los mismos que escanciaban un buen vino celebrando que sus hijos eran parte de la generación del bicentenario, son los mismos imbéciles que aplaudieron a Sagasti, que “era gente como uno”, alguien que nos dejaría bien en cualquier evento y finalmente era solo transitorio. Son los mismos que se comieron todos los sapos que les lanzó el lagarto Vizcarra, hasta que ya fue demasiado tarde para reaccionar. Son aquellos que, desde las alturas de los rascacielos de ciertas corporaciones bancarias, tuitearon contra el gobierno constitucional de Merino. Esa es nuestra derechita cobarde. Derechita bruta y cobarde. Nada de achorada.
Esa misma gavilla de cobardes, hoy nos quiere dar lecciones de política. Nos quiere explicar el abc del arte de la guerra con la siguiente estrategia: Para salir de la crisis hay que pactar con los caviares. Esa es la idea. ¡No faltaba más! Es decir, lo que quieren estas rabonas del mercantilismo, es echarse en brazos de quienes han destruido el país y además quienes han abierto las puertas a los delincuentes que hoy nos gobiernan.
Es importante que se sepa ahora cuales son las verdaderas intenciones de estos falsos derechistas. Este año y medio de incapacidad y corrupción en el gobierno también ha servido para ver quién es quién en la oposición.
Que esos moderaditos bien financiados por grandes corporaciones salgan ahora a promover a Dina Boluarte resulta vomitivo. Dina Boluarte tiene graves acusaciones, vínculos con los dinámicos del centro, es la bisagra para el retorno de los caviares al poder. En estos días está repitiendo el libreto escrito por el Lagarto Vizcarra para llegar al poder y una vez más, cojudignos, bienpensantes y la derechita cobarde serán los que le abran las puertas en esta historia que se repite como una farsa.
