Lo que la progresía llama “mujer transgénero”, no es otra cosa que un hombre, con todos los atributos físicos y biológicos propios de su sexo, pero que en sus fantasías o delirios se identifica como una mujer y al que independientemente de su ADN, de como esté vestido, de lo que diga su DNI, del estado de su próstata o si se afeita en las mañanas o no, debemos reconocer por la fuerza de la imposición de una ideología, como una mujer.
Sucede entonces que, según la corrección política y la ideología de género, a este señor sus extravíos le dan derecho a entrar al baño de mujeres. Al mismo al que nuestras esposas e hijas entran y que debe brindar seguridad y privacidad.
Ha sucedido en el centro comercial Megaplaza de Chimbote que un individuo que se sentía e identificaba como mujer, quiso entrar al baño de mujeres y obviamente fue impedido. Entonces literalmente encojonado denunció al centro comercial e INDECOPI les impuso una multa de 50 UIT, equivalentes a 230 mil soles. Es decir, se puso por encima los delirios de un señor que se siente mujer que la seguridad de miles de mujeres.
Según Indecopi se vulneró el artículo 38 del Código de Protección y Defensa del Consumidor. La sala del Indecopi señaló que el acceso a los servicios higiénicos debe respetar la identidad de género de las personas.
“Además, en este caso, el centro comercial no presentó pruebas que acreditaran que el ingreso de personas transgénero a los servicios higiénicos afectara la seguridad, privacidad y tranquilidad de las personas”. Se expresa en la nota de prensa de la citada entidad.
Es decir que en adelante, independientemente de este caso, bastará con que cualquier violador o enfermo sexual diga que es mujer para que tenga acceso a los baños de mujeres. Por razones ideológicas se acabó con la seguridad de estas instalaciones.
Si aceptamos estos hechos como normales luego no habrá lugar a quejas cuando suceda cualquier incidente en estos espacios cuya seguridad está siendo vulnerada por la imposición ideológica de la progresía.
Este hecho solo revela el inicio del problema. No olvidemos que en medio de la chifladura del género todo se basa en la autopercepción. Siendo válido por ejemplo que un hombre se identifique no solo como mujer sino también como una niña. ¿Prevalecerá este disparate por encima de los derechos de las niñas?
Existe un caso muy revelador acerca de los riesgos que implica este tipo de situaciones. Es el caso de Stephen Wood, que en la ciudad de Manchester fue condenado por violación y pedofilia. Estando preso alegó que era transgénero, que en realidad era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. Las leyes inglesas al igual que las de Indecopi indican que se debe respetar la identidad de género de las personas. Entonces fue transferido a una cárcel de mujeres. Una vez allí abusó de cuatro internas.
Estamos avisados.