Me es difícil referirme a Tacna, difícil por varias razones, no soy un orador consumado y menos historiador al nivel que el público requiere y merece, ya que, a diferencia de otros lugares del Perú, los tacneños si recuerdan su historia y la escriben, la reescriben y la rememoran cada año, la viven cada día de su vida, haciendo de ella la razón de su peruanidad. no hay tacneño al que se le puedan contar historias que no sean ciertas.
He tratado de ser lo más fidedigno posible con los datos recogidos de diversos documentos históricos que he tenido en mis manos.
Mi conclusión me lleva al inicio de mis palabras, después de leer todo lo que he podido en relación a este departamento del Perú, concluyo que han sido y serán siempre Tacna la bella y heroica.
Hecha esta introducción, quiero contar un poco de la historia del Perú y su relación con Tacna. hay un dicho que dice “la historia es un espejo en la cual hay que mirarse de viejo”, que sabia expresión, en lo que voy a relatarles encontraran la génesis de este dicho que al final ampliare.
La Tacna actual, al extremo sur de nuestra costa, fue según los historiadores, poblada inicialmente por grupos humanos de cazadores y recolectores de huanacos, vicuñas y cuyes silvestres. hay vestigios de pinturas rupestres aun visibles en las cuevas de Toquepala que dan fe de estas actividades, en donde ellos se refugiaban 9,000 años antes de cristo. Posteriormente la habitaron etnias provenientes del Collao, actual Puno.
El primer conquistador español que incursiono por estas tierras fue diego de Almagro, y luego pedro de valdivia quien organizó campamentos en Arequipa, Tacna y Tarapacá.
En 1565 el virrey Lope García de castro creo el corregimiento de San Marcos de Arica, del que formaba parte el pueblo de San Pedro de Tanaka, nombre que fuera luego modificado por el de Tacna, por el auto del virrey Juan de Mendoza y Luna, Márquez de Montesclaros. El 17 de octubre de 1613 se crea la parroquia de San Pedro de Tacna, siendo su primer párroco Pedro Téllez, quien levanta el primer templo de la futura ciudad en 1777.
Asimismo, se crea el corregimiento de Arica que estaba formado por Ilo, Tacna, Arica, Iquique, Pica, Tiabaya, Tarata y Codpa.
En 1780, Túpac Amaru incursionó por el sur con sus ideas libertarias y llego a Tacna impregnándolas de ellas, pero no es sino hasta el 20 de junio de 1811 que estas ideas eclosionan con el grito libertario de Francisco Antonio de Zela, quien se constituyó desde entonces en el abanderado del primer grito de nuestra independencia del yugo español. este grito tan sonoro fue escuchado en toda la América hispana y sirvió como pedernal de antorcha olímpica para encender otros movimientos libertarios.
En el Congreso de la República, como congresista por el Callao, junto con otros congresistas intentamos hacer conciencia de la importancia de esta actitud de Zela, pero no obtuvimos la adecuada respuesta de los medios de comunicación que relevaran la actitud de este insigne prócer tacneño. Si bien es cierto San Martín declaró la Independencia el 28 de julio de 1821, ya en 1811 las ideas libertarias eran discutidas en el corazón del sur de nuestra patria, en Tacna hace ya 212 años, lideradas por francisco de Zela.
Hace dos años fue el Bicentenario de nuestra Independencia, otros países latinoamericanos hicieron y hacen homenajes al primer grito libertario, y para nosotros, ese fue el día el 20 de junio de 1811, desgraciadamente solo ha habido una celebración muy ligera cuando debió ser un acto único y apoteósico por parte, no solo de los tacneños, sino de todo el Perú. que extraño mal persigue a los peruanos de disminuir los éxitos de los peruanos y por el contrario elevar los de los extranjeros.
En 1814 las huestes independentistas de mateo Pumacahua llegan hasta cerca de Tacna iniciando una tercera ola independentista. luego de ello, ya como parte de la guerra de la independencia del Perú, en 1821 desembarco en Arica parte del ejercito independentista comandado por Guillermo Miller organizándolos militarmente conjuntamente con patriotas de Moquegua, Tacna y Arica. este desembarco fue simultaneo a las acciones tomadas por San Martín el 28 de julio de 1821 en que se declaró la independencia del Perú.
Quiero relevar que Tacna siempre estuvo en la primera línea de batalla para lograr la independencia. y aun hoy, sigue defendiendo la peruanidad de nuestro territorio. Su presencia en el sentimiento patriótico es permanente e indispensable y su recuerdo por las cautivas, como las llama un famoso vals criollo a Tacna y Arica.
¿Pudo evitarse esto? ¿Pudo el Perú presentar un frente de defensa y disuasión a tiempo para evitar el artero ataque de chile? ¿que nos llevó a vivir el capítulo más negro de nuestra historia? ¿que hicimos mal? ¿qué opaco lo buenos actos de heroísmo de nuestros marinos, militares y paisanos? encontraremos las respuestas en la cantidad de errores que cometió nuestra clase política, guiados por intereses personales, ambiciones políticas y el poco espíritu patriótico que se vivía en ese momento, y que aún perdura.
Perú vivió el siglo XIX disfrutando de las riquezas mal habidas que proporcionara el tramposo contrato Dreyfus. Esta engañosa bonanza económica hizo que los gobernantes y los gobernados vivieran la ilusión de una capacidad de gasto inexistente, que en corto tiempo nos pasó la factura. Esta situación derivo en un gasto indiscriminado y sin orden de los supuestos dineros que iban a ingresar a las arcas de nuestro gobierno, la realidad fue que solo ingreso en una décima parte de lo esperado dado lo mal hecho del contrato.
Una vez confrontados con la realidad de la estafa, y teniendo en cuenta que el dinero que se pensaba teníamos no existía, nuestros gobernantes tomaron el atajo más fácil, ahorrar para disimular el fracaso económico. Había que hacer recortes y quien era el que más fácilmente los podía aceptar, la FFAA y la seguridad nacional. en su historia del Perú, el dr Alfredo Arosemena relata que a mediados de 1871 el entonces presidente José Balta, que gobernara desde del año 1868 al 72, teniendo el temor a la protesta nacional y sin tener en cuenta los conflictos que ya se venían presentando por la tenencia de las tierras del salitre entre chile y Bolivia, inexplicablemente promulgó en una resolución suprema el desarme unilateral de nuestra fuerza armada. Dio la siguiente resolución:
Lima julio 8, 1871
Habiendo cesado por ahora los motivos que obligaron al gobierno a mantener los buques de la escuadra de mayor porte, en pie de fuerza en que se encuentran, se resuelve que las fragatas Independencia y Apurímac, vapor de Torreón Huáscar, monitores Manco Cápac y Atahualpa y el transporte Pachitea queden en estado de desarme y solo con las dotaciones necesarias para su conservación y aseo. Al efecto expídase las órdenes conducentes a este fin.
Regístrese y publíquese
A los pocos días el diario El Comercio difundía la siguiente noticia:
Ayer fueron traídas a tierra todas las armas manuales de los buques de guerra mandados a desarmar, revólveres, sables, chuzos han sido depositados en los inseguros e inaparentes almacenes que hemos dado a llamar arsenal.
Pero esto no fue todo, habiendo no muy atrás entrado en funcionamiento las maquinas a vapor en el Perú y por supuesto en la Marina, no contábamos con la cantidad suficiente de maquinistas nacionales, gran parte de ellos, así como los artilleros que estaban entrenando a nuestras dotaciones, fueron retirados de la Marina.
Pero como verán, la dispersión de las ideas fue y es una regla general en nuestro país, decía el diario La República de entonces (cualquier coincidencia con la actualidad es solo eso):
Nos hallamos en plena paz, no tenemos enemigos que espíen nuestra debilidad o descuido, nuestras relaciones internacionales son tan francas y sinceras que no hacen presagiar ni la más remota eventualidad de un conflicto. Se pregunta el diario, ¿contra quién deberíamos mantener una actitud hostil?
El Comercio publicaba esta nota:
Por nuestra parte podemos solo garantizar la noticia en cuanto se refiere a los capitanes de navío Aurelio García y García, Miguel Grau, Aurelio Arrieta que nos consta han renunciado al mando de la fragata blindada independencia, el primero, del monitor Huáscar el segundo y del transporte Pachitea el tercero. Fundándose en que la clase militar que invisten no les permite continuar comandando buques desarmados.
A continuación, detallaban la renuncia de los capitanes de fragata Juan Moore y Marcelo Proaño, comandantes del Atahualpa y Manco Cápac.
Para cerrar este terrible capítulo, se dispuso que el Ejército se redujera a 3000 hombres en total, completando con ello el desarme unilateral del Perú.
Ocho años después, el 5 de abril de 1879 se nos declaró la guerra y fuimos atacados por un chile, que encontró en esta estúpida orden la puerta abierta para iniciar una guerra con gran ventaja militar y de preparación contra Bolivia y Perú, utilizando como pretexto las discrepancias por los precios del producto de los yacimientos de salitre de Tarapacá, la tal llamada la guerra del centavo en el recientemente publicado libro del historiador naval, comandante garate, culminando en su invasión.
(*) Almirante