Por: Martín Valdivia Rodríguez /Carentes de limpieza / Esta pandemia que ha desatado una crisis mundial servirá para reforzar los sectores de salubridad que se encuentran por los “suelos” y con el coronavirus que hoy sacude al mundo con sus noticias apocalípticas y sus medidas de prevención frente a un posible aumento de casos en nuestro país. Por décadas los peruanos nos acostumbramos a convivir con desmontes de basura, a presentar baños públicos en deplorable estado o a comer en condiciones realmente detestables. Esa situación cambiará, seguro, por esta pandemia que mantiene al mundo en vilo.
Recuerdo cuando pasó la epidemia del cólera en los noventa. Antes todo el mundo tomaba agua del caño y nadie se preocupaba de saber si ese líquido llegaba en buenas condiciones de salubridad hasta nuestros vasos. Es más, muchos de nosotros, de chicos, juagábamos una pichanga y corríamos a la manguera del parque para saciar la sed. Hasta que llegó el cólera y cambió nuestra manera de beber agua. Hoy son muy pocos los que toman agua del caño o la poza. La mayoría o la hierve o se compra su botella o bidón para tomarla.
Algo similar va a pasar con el coronavirus. Un ejemplo de ello son los baños públicos peruanos: una calamidad. Díganme cuántos de ustedes no se ha quejado alguna vez por encontrar estos recintos asquerosos y malolientes. Nunca un servicio público fue tan deficiente como los baños de la capital. Lo peor de todo es que ni los hospitales y postas médicas se salvan de esta deplorable situación. Nunca encontrará usted papel higiénico, jabón y menos alcohol en gel. Eso sólo se puede encontrar en clínicas privadas y con los dedos de la mano.
Hace unas semanas la ministra de Salud, Elizabeth Hinostroza, indicó que los hospitales Hipólito Unanue, Dos de Mayo, Villa El Salvador, Sergio Bernales y Ate serían adaptados para enfrentar en Lima una eventual pandemia de coronavirus. Habló sobre la implementación de nuevos ambientes de aislamiento e información sobre la enfermedad en diversos espacios. Todo ello estaba bien, pero lo curioso del caso era que los baños de esos nosocomios permanecían malolientes, sin jabón e, incluso, agua.
Si vamos a implementar medidas de sanidad pública en hospitales, es necesario hacerlo en forma global, sin olvidar ambientes tan elementales como los baños. ¿Cómo vamos alabarnos las manos para la prevención del coronavirus si ni siquiera hay agua en los baños de los hospitales? Es un contrasentido. Ojalá que, como en el caso del cólera, nuestra población sepa cuidar y respetar los espacios públicos en general y los baños en particular. Aún queda mucho pan que rebanar. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.