Por: Martín Valdivia Rodríguez / Corrupción con olor a Swing Hoy, el cantante Richard Cisneros, más conocido como Richard Swing, participará en la sesión de la Comisión de Fiscalización y Contraloría, donde tendrá que responder acerca de las escandalosas contrataciones de sus servicios por parte del Ministerio de Cultura. Contrataciones que han llamado la atención no sólo por la cantidad en dinero del Estado que se le asignó a este señor, sino por el extraño poder de convencimiento que tenía para prestar sus “servicios” a diferentes ministros que pasaron por esa cartera.
Swing es la punta de una madeja que el Congreso tendrá que desenredar. Es, además, el ejemplo vivo del compadrazgo y el clientelismo que pensábamos había quedado en la historia. Cisneros hizo y deshizo en este ministerio que poco o nada ha hecho por la cultura nacional, siendo la renunciante ex ministra Sonia Guillén una pintura mal hecha pegada en el escaparate de la ineptitud y la desidia. Miles de artistas y artesanos mueren de hambre como producto de este dramático encierro que ya lleva más de 90 días. Para ellos no hay contratos jugosos ni “amiguísimos” a quien satisfacer.
Nunca la cultura nacional fue más vapuleada que en este gobierno. Nunca los artistas nacionales fueron más maltratados como ahora. Vizcarra jamás los ha mencionado en sus larguísimas “conferencias de prensa”. No hay planes, no hay etapas, fases ni bonos. Ni siquiera se ha llamado a sus representantes para que – conjuntamente – elaboren proyectos y protocolos de reinicio de sus actividades.
Pero eso sí, para Swing hay tiempo y dinero para escucharle y pagarle. Para este oscuro cantante y “motivador” hay 175 mil soles en nueve contratos. ¿Quién protege a Swing? ¿Qué padrino tiene en el Ejecutivo para que logre jugosos contratos en plena pandemia? ¿Qué poder de convencimiento posee para agenciarse de dinero del Estado mientras decenas de médicos mueren por no tener equipos de protección personal para cumplir con
su sacrificada labor?
Según el congresista Edgar Alarcón, las preguntas al controvertido cantante girarán en torno a su experiencia laboral como “motivador” y conferencista, con quién coordinaba, quién le dio las facilidades para hacer las contrataciones, cómo logró “convencer” a cuanto ministro juramentaba para esa cartera. El Perú necesita una respuesta contundente acerca de estas irregularidades. Los ex ministros citados no podrán soslayar la responsabilidad que han tenido en todo este entuerto. Porque lo que digo y escribo, siempre lo firmo.