Pese a todos los problemas políticos y sociales por los que atravesó el Perú el 2019, las cifras macroeconómicas nos acompañan con singular éxito. Así, la inflación el año pasado cerró en 1,9%, muy por debajo del rango meta adelantado por el Banco Central de Reserva (entre el 1 y 3% anual), números alentadores si tenemos en cuenta la situación de los demás países de la región.
Si hacemos una comparación respecto al 2018, las cifras son realmente importantes: 2,19% y, si vamos más allá, comparando números totales de la década 2010-2019, la inflación del año que acaba de terminar es la segunda más baja después de la del 2017, que fue de 1,36%. Sólo en diciembre, la inflación fue de un 0,21%, mayor al 0,18% de diciembre del año anterior, debido al incremento estacional en las tarifas de transporte por las fiestas de fin de año.
Ahora falta esperar los números que arrojará el Producto Bruto Interno (PBI) que, según varios analistas, bordeará el 2,2% de crecimiento, una cifra que, si bien no es la más deseada, por lo menos no nos habla de una caída de nuestra economía hasta el punto de hablar de una recesión. Si bien el 2019 no fue un buen año ante la caída de la inversión pública local y la desaceleración de la economía global, se espera que este 2020 la situación se revierta y el país crezca, al menos, un 4,2%.
Recordemos que este 2020 será un año electoral y, como tal, la economía se vuelve mucho más sensible, con agentes económicos que no arriesgan en inversiones que involucren grandes proyectos; sin embargo, ello podría revertirse en tanto el gobernó promueva la inversión pública a manera de salvavidas para un país que se obstina en mantener sus cuentas en azul.
Una reciente encuesta a nivel nacional nos muestra un moderado optimismo del peruano respecto a su economía personal durante el 2020, en tanto los empresarios (y esto es bueno destacarlo), perciben que la economía mejorará este año pese a todo. Así, un 75% de empresarios encuestados por la Cámara de Comercio de Lima han manifestado su confianza que el país tendrá una mejor situación, frente a un 17% que considera que las coas serán iguales.
Sea como sea, el Perú es un país ejemplo de la región, con una economía disciplinada y una clara confianza que las cosas mejorarán en el futuro cercano. Eso es bueno para el país y, obviamente, para todos nosotros. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.