Por: Omar Chehade / En mi libro “La gran usurpación”, que presenté antes que concluya el gobierno de Ollanta Humala, siendo todavía congresista de la República, narro decenas de episodios de como la ex primera dama, Nadine Heredia, usurpaba funciones como si fuera “presidenta de facto” con la venia de su esposo, el presidente constitucional del Perú.
No esperé, como hacen otros políticos, que acabe un gobierno al que pertenecieron y del que nunca siquiera discreparon, para luego criticarlo. Me enorgullezco de haberlos denunciado un año antes que termine la gestión de esta dupla conyugal oprobiosa, incluso, publicando un libro en plena gestión gubernamental que mereció ser el más vendido del año 2016.
En “la gran usurpación” señalo como Ollanta Humala delegaba sus propias funciones, para que Nadine tome decisiones de estado. Ella fue, en la mayoría de casos, quien designaba ministros, embajadores, presidentes del congreso, jefes de bancada parlamentaria, y otros altos funcionarios del país.
También escribo, como según su estado de ánimo o particulares conveniencias, destituía a todos esos funcionarios. Definitivamente la ex primera dama decidía la agenda país como le venía en gana. No solo ello, también ilícitamente gozaba de infraestructura, empleados y hasta del propio avión presidencial para hacer visitas oficiales a otros dignatarios como en la oportunidad que viajó a Brasil para reunirse con la presidenta DilmaRouseff y con el ex presidente Lula, además del Ministro de Defensa brasileño.
Mis constantes denuncias en pleno gobierno humalista, trajo como consecuencia que el fiscal en lo penal abriera una investigación contra Nadine Heredia por el delito de usurpación de funciones. Siendo todavía parlamentario ofrecí mi testimonio ante dicho magistrado en mi despacho.
Incluso en la tapa de mi libro publiqué la vergonzosa fotografía de como Nadine Heredia en Palacio, pedía explicaciones a los altos jerarcas de las Fuerzas Armadas el día de la sentencia del Tribunal de la Haya en el diferendo marítimo con Chile.
El tiempo me dio la razón, pues en el caso de mega corrupción de ese gobierno, sobre el Gaseoducto Sur Peruano, la fiscal Geovana Mori, en su dictamen de formalización de la investigación preparatoria, imputa a Nadine Heredia Alarcón los delitos de asociación ilícita para delinquir y colusión agravada, identificando a Nadine como: “funcionaria pública de facto y/o de hecho por delegación de funciones de parte de su cónyuge, Ollanta Humala Tasso”.
De acuerdo con la fiscalía, el proyecto estaba direccionado a favor de Odebrechdt por disposición de “las altas esferas, como de la primera dama Nadine Heredia”, Asimismo, señala la Fiscalía, que, en el primer nivel de estructura criminal, están Ollanta Humala y Nadine Heredia, mientras que en el segundo nivel, aparecen los ex ministros Luis Miguel Castilla, Jorge Merino, Carlos Paredes Rodríguez, René Cornejo y Eleodoro Mayorga.
Acreditándose tal cual lo he venido sosteniendo hace años, que, si bien Nadine Heredia usurpaba funciones con la venia del esposo, era para beneficio de ambos, es decir, había una criminal división de roles para desfalcar al país y enriquecerse ilícitamente.
(*) Congresista de la República