Al cierre de esta edición, seguía siendo Ministro de Trabajo, el camarada “Bonifacio”, también conocido como Iber Maraví.
¿Y qué cosa implica ello, amigo lector de La Razón? Es muy sencillo, quién manda sobre Cerrón y, por ende, sobre Castillo, es Abimael Guzmán. Es evidente, es grande, es notorio, es ciclópeo el vínculo sanguíneo, hepático, epidural que tiene Iber Maraví con Sendero Luminoso y con Conare-Sutep. Es evidente, es el hijo político del “Monstruo de Lucanamarca”, su esposa y su suegra firmaron por Conare-Sutep. Y él es, Conare-Sutep léase, ¡Es senderista!
No hay mucho qué pensar, ni mucho que lucubrar, que si puso su “cargo a disposición” o si “lo renunciaron”, es un eufemismo, es hojarasca. La realidad es que sigue siendo Ministro de Trabajo, porque es parte del pacto político de las fuerzas terroristas con este Gobierno. Porque es evidente que cuando tú sacas a alguien, de cualquier ministerio, en este caso es el de Trabajo, tienes que volver poner a alguien para suplirlo. Y este es el Gobierno que pretende restituir a todos los profesores jalados, que pretende darle estatus sindical al Conare-Sutep, tanto como el Sutep.
Este es el Gobierno que pretende tomar la Derrama Magisterial donde hay millones y millones de soles de los maestros. Este es el Gobierno que pretende levantar la valla y que todos los profesores sentenciados por terrorismo o implicados en actos violentistas sigan siendo profesores y adoctrinadores del “pensamiento Gonzalo”. Pero, además, este es el Gobierno de la estabilidad laboral y ese es el trabajo de Iber Maraví.
Este es el Gobierno en donde el cese colectivo ya no va existir. Este es Gobierno en donde la suspensión perfecta ha de desaparecer. Este es el Gobierno de la estabilidad laboral y en futuras ocasiones, salvo opinión de este accidental Ministro de Economía, que se llama Pedro Francke, es el Gobierno de los dos mil quinientos soles de sueldo mínimo. Este es el Gobierno del Bono. Este es el Gobierno del comunismo.
Entonces, ¿Cómo zafarse de Iber Maraví? Como tampoco puede zafarse Pedro Castillo, este rehén de Palacio de Gobierno, que se ha convertido en un callejón sin salida.
No pueden prescindir del fiscal-ministro que le da seguridad a Vladimir Cerrón. Como no puede prescindir, por dar un enésimo ejemplo, del nuevo Defensor de la Policía, un tal Félix Chero, que tiene una sentencia por patrocinio ilegal, cuando hubo contrataciones irregulares en el Ministerio de Cultura.
Está atado de pies y manos, este rehén que hay en Palacio que dice que se aburre en las instalaciones de la casa de Pizarro, pero la verdad sea dicha, no tiene idea de por donde se entra ni de por donde se sale. Ahora invoca dialogo en el VRAEM, cuando lo que quiere el señor Bermejo, es que levanten la vigilancia al narcotráfico, léase, promover el senderismo en el VRAEM.
Estamos hablando de un Presidente que es tan ignorante, que dice que sigue viendo la manera de cómo bajar los precios. Eso lo ha dicho el día de ayer, y no se puede bajar los precios por Decreto. Bueno fuera que eso sea posible. El dólar sigue subiendo. La inestabilidad política es una realidad. Y tenemos ministras como la señora Anahí Durand que es de JPP, de Verónica Mendoza, pero cuyo esposo es un terrorista chileno convicto y confeso.
Y así podemos seguir sumando los desaguisados de prácticamente todos los ministros, casi ninguno se salva. El pobre Óscar Maúrtua está perdido en el espacio de la Cancillería, porque, además, el señor Héctor Béjar ha dicho que este es el Gobierno de los amigos y los familiares.
Esto, señores, que estamos viviendo, es un desastre nacional. Es el caos absoluto. Que les quede claro, el Perú y Castillo, están en un callejón sin salida.