“No más pobres en un país de ricos”, y “no somos comunistas” son los dos estribillos que ha repetido como cien veces el “prosor”, en las últimas ocho semanas. Es evidente que nadie le va a creer después de la barbaridad que ha dicho Guido Bellido.
Eso de renegociar las utilidades con Pluspetrol y luego amenazarlos abiertamente de que si no les dan el dinero que ellos quieren, simplemente le quitan la mina, está hecho adrede y evidentemente es una voluntad que el Gobierno quiere llevar adelante.
Para expropiar van a tener que pagar un justiprecio, que debe estar alrededor de los 15 mil a 20 mil millones de dólares, no solamente le quitas la concesión, sino también los activos y evidentemente una inversión muy alta, un flujo de caja y una expectativa de ganancia de un daño y perjuicio sideral.
Pero claro, eso no le importa al Gobierno, porque eso va a sonar popular el hecho de que bajan el gas a punto de subsidios y ahora bajará más aún, una vez que se lo quiten a quien se lo tengan que quitar.
Por supuesto quedamos pésimos, porque sabemos los intereses que tiene esta empresa, que tiene accionariado no solo argentino, sino también americano.
Es decir, quedamos mal por todos lados, porque las embajadas de dichos países dicen la realidad. Por supuesto que estamos ante un comunista, marxista leninista, maoísta que defiende el pensamiento Gonzalo, del ultra radical y fallecido Abimael Guzmán.
Entonces la situación al Perú le genera un problema internacional, menos inversión, pero eso qué les importa. Lo que quieren ellos es el caos. Obviamente las fuerzas políticas se iban a negar a aceptar una barbaridad así, iba a ser un parte aguas para el Gobierno donde ellos dirán que están departe del pueblo, y que todos los partidos que defienden la legalidad, la Constitución, los contratos, y la propiedad privada están de acuerdo con la explotación de los ricos sobre los pobres.
Al fin y al cabo, de verdad son comunistas y van a implantar en el Perú un Gobierno comunista, si los dejamos.
La oposición debe dejarse de cosas, debe concentrarse en su objetivo mínimo que es juntar a las tres principales fuerzas políticas, a saber Fuerza Popular, Renovación Popular y que tenga que representar al grupo de De Soto o de Amuruz, que lo haga. A ellos se tiene que sumar, obviamente, José Luna Gálvez, que es un anti caviar confeso, para colmo con pasado aprista.
De ahí se le ha aclarado al señor Acuña para que tenga a bien poner delante de sus intereses personales y universitarios, el interés del Perú.
Y por supuesto, ya estamos hablando de fuerzas políticas mucho más grandes si es que se pone un mínimo de criterio en la cabeza de la gente de Acción Popular que no puede ser funcional a un régimen que mató tanta gente en el primer y segundo gobierno de Belaunde, que al fin y al cabo, esos sí que no son comunistas, son gente que está desesperada por el status de ser congresista.
Pero el día que destrocen al Perú no va a quedar títere sin cabeza. ¿Y para qué se tiene que unir estos partidos? Para lo evidente: La vacancia presidencial.
Queda claro que lo que dice el congresista Anderson es razonable, de que Guido Bellido está hablando con prepotencia e ignorancia, y que el Almirante Montoya plantea la censura de todo el Gabinete.
Eso es, al a hora de la hora, una trifulca, una batalla. La verdadera guerra está en la vacancia presidencial.
Y eso que ha salido a tuitear Castillo, con respecto a que la renegociación se va a dar respetando el estado de derecho, es una estupidez. Las renegociaciones, señor, para que su ignorancia quede clara, se dan de dos partes, no de una sola.