Para el suscrito, en el caso de la incineración de cadáver de Abimael Guzmán, no hay ni medias tintas ni medias verdades. Ese ser ha sido una bestia, se comportó como una bestia y ejecutó a miles de peruanos como una bestia. No tuvo comportamiento humano, no solo fue asesino y genocida, sino que se reía, le fascinaba la sangre y la desgracia de los demás.
Estamos hablando de un ser absolutamente vil y repleto de maldad, de tal manera que yo no lo catalogo siquiera como un animal, sino como una bestia.
En buena hora que ya hayan autorizado la incineración de sus restos. Sería bueno que lo hagan no solo de acuerdo a ley sino en una ceremonia en donde sea prácticamente público la filmación y la ejecución de la orden.
Sus restos lo pueden tirar en el mar, fuera del Perú. No hay nada que especifique que lo tienen que poner en una fosa común, habida cuenta que no hay nadie que reclame por sus restos. Sus cenizas deberían ser tiradas más allá de las 200 millas para no insultar al Mar de Grau.
Este último suceso ha servido para saber quién es quién. Ya sabemos que tenemos un gobierno pro senderista, en donde solo 04 de los 18 ministros, incluido el Premier Guido Bellido que también es considerado ministro, no quisieron que se incinere sus restos, querían entregárselo a la familia, al partido, para que le rindan culto en un mausoleo.
Y así lo hizo saber Guido Bellido con su silencio, porque hay omisiones que son evidentes. En ningún momento él se manifestó, no dijo nada, sin embargo nos enteramos por el ministro de Cultura, Ciro Gálvez, que habían hecho una votación interna, seguramente en el “borrador” en “Sotto voce”, pero el hecho es que trascendió la información.
Por supuesto que el partido Perú Libre, al momento que tuvo que votar por la ley de la incineración del cadáver de la bestia, se negó. Lo propio el JPP.
En la historia quedará registrada que Acción Popular tuvo una actitud timorata y complaciente para con alguien que no solamente le hizo mucho daño al Perú, sino también a dicho partido.
Esto es preocupante, pero cuando uno tiene una preocupación es mejor dedicarse a ella y tenemos que seguir dando la batalla política para que los jóvenes sepan quién fue Abimael Guzmán, el daño que le hizo al Perú no solo antes, sino a todas las generaciones de hijos y nietos traumados, de gente que no ha podido rehacer su vida.
Los medios de comunicación como La Razón, Willax, PBO, tenemos que seguir formando para que los jóvenes menos de 30 años sepan el daño que se hizo, el daño que sienten los nietos y los hijos de los asesinados, los que no han podido pasar un buen Día del Padre, Día de la Madre, una Navidad, los que han quedado dolidos, traumatizados, profundamente acomplejados o destrozados internamente, porque le mataron una familia de peor manera, el daño que ha hecho Abimael Guzmán continua.
Su cadáver está ahí y espero que para el día de hoy esté calcinado y enterrado ya saben dónde. Pero su ideología vive, vive en el profesor Castillo, en Guido Bellido, en Cerrón, en gente como el Camarada Ché y el camarada Bermejo. A esos hay que atacarlos y sacarlos del Gobierno de una manera legítima y legal, con la vacancia.
Ni olvido ni perdón al terrorismo. Terrorismo nunca más.