En la historia de la humanidad, la reverencia por la madre tierra ha sido similar entre todas las culturas, a lo largo y ancho del mundo, la madre tierra era considerada una deidad, una entidad divina digna de tributo y veneración.
Este respeto no se limitaba únicamente a la tierra misma, sino que se extendía a la figura de la mujer, la portadora de vida y sabiduría.
En las culturas prehispánicas la mujer era vista como la sabia, la consejera de los líderes y la portadora de la herencia cultural, el vínculo entre la madre tierra y la mujer era inseparable.
En el siglo XXI marcado por cambios globales, persisten aquellas figuras que encarnan el espíritu de la madre tierra y la sabiduría femenina. Personalmente, al escribir estas líneas, me encuentro cerca de las maravillas que la madre tierra nos brinda, y no puedo dejar de agradecer a mi madre de la tierra, Nora, la sabia de mi familia.
Tras la partida de mi padre, y luego de mi abuelo y mi tío, Nora se erigió como el faro que guía nuestros pasos, infundiendo consuelo, consejo y amor incondicional. Es ella quien nos inspiró a ser servidores de la naturaleza y la humanidad, quien nos enseñó el tributo a la Pacha Mama desde temprana edad. Su ejemplo incansable y sus sabios consejos siguen moldeando a sus cinco hijos en seres humanos comprometidos con causas justas.
La figura de Nora no es única, a lo largo y ancho del mundo, existen innumerables madres de la tierra, son ellas las que nos recuerdan la importancia de cuidar y respetar a la naturaleza, de honrarla como lo haríamos con nuestras propias madres. Para mí fue alarmante la información que pude analizar del Inventario Nacional de Glaciares y Lagunas de Origen Glaciar 2023, realizado por el INAIGEM.
En el corazón de los Andes peruanos, el lamento de los glaciares se desvanece a un ritmo alarmante, poniendo en riesgo el suministro de agua para más del 60% de la población.
Esta pérdida dramática de masa glaciar de un 58% no solo es un indicador de los efectos al cambio climático, sino también una advertencia urgente sobre los peligros que enfrenta nuestro planeta.
Perú, hogar del 68% de los glaciares tropicales del mundo, estos gigantes de hielo son indispensables para mantener los ecosistemas conectados a lo largo de todas las regiones, como la costa y las regiones andinas y amazónicas.
La lucha por la preservación de la madre tierra y sus recursos es una batalla que todos debemos librar. Al igual que nuestras madres de la tierra, la Pacha Mama es sabia y generosa, pero también demanda nuestro respeto y cuidado.
Si continuamos ignorando sus advertencias, si persistimos en nuestro abuso y negligencia, el destino de nuestra especie está sellado, en las manos de cada uno está el poder de cambiar el rumbo de la historia, de tejer nuevamente el vínculo de amor y respeto con la madre tierra y sus hijos, humanos y no humanos por igual, esa fue la clave de supervivencia de nuestros ancestros.