Más allá de la conquista española y el encuentro con los incas
La literatura peruana, sobre el contexto histórico de la Conquista del Tahuantinsuyo a manos de los hombres de Castilla, nos permite descubrir la génesis de un proceso sociocultural trascendental para nuestro país.
Hablar de un “encuentro de dos mundos”, refiriéndonos a los mundos occidental y andino, conlleva vislumbrar los diversos grupos sociales que cada uno albergó, cuya unión nos permite hoy en día, descubrirnos como peruanos con una identidad o identidades multiculturales.
En esa línea, los Andes se abren paso a partir de la proyección novelística de Pumas y leones.
El choque de dos mundos, obra de César Carrión Valle, quien nos relata la historia de los últimos incas autónomos bajo las travesías de los conquistadores, en tierra firme peruana en los primeros años de la empresa liderada por Francisco Pizarro, junto a las peripecias y astucias de diversos pobladores de etnias locales, resaltando Sami, mujer Huilloc, cuya acción merece un especial interés.
La obra consta de 24 capítulos, contextualizándose entre los años de 1530 a 1533, siendo el trayecto inicial de la Conquista.
El escenario principal es la zona norcentral de la sierra del Perú, destacando las localidades de Huilloc, Coaque, la Puná, Piura, Tumbes, Huancabamba, Cajamarca, Jauja y Huamachuco, entre otras, junto al Cuzco y Lima, espacios claves del dominio inca y español, respectivamente.
De esta manera, la obra rescata espacios registrados en el imaginario colectivo de sus personajes, quienes bajo la pluma de Felipe, conquistador enamoradizo, se registran en una narrativa símil a las crónicas tempranas y relaciones geográficas de inicios del siglo XVI.
El autor soslaya el arribo de una epidemia que arrasó con la población natural, siendo parte de un proceso paulatino de descenso demográfico que trajo consigo el aprovechamiento —en parte— de las huestes de Pizarro.
Los tres primeros años de la Conquista toman un repentino final en la llegada de las huestes de Pizarro al Cuzco, que, si bien es el contexto de la obra, la trama entremezcla el amor y sexualidad de sus personajes, junto a la ambición y deseo de poder, elementos innatos de todo ser humano que, si bien nos encontramos en el terreno novelesco, no cabe duda que los actores históricos que se relatan poseyeron juntamente con la espada, el oro y la cruz.