Neymar fue el autor del gol ante Saint-Étienne. Por otro lado, Mbappé recibió una dura entrada y complica su participación en la Champions.
El PSG conquistó la decimotercera Copa de su historia después de una accidentada final en la que Kylian Mbappé salió lesionado tras una terrible entrada que le puede ocasionar problemas en su tobillo de cara al duelo contra el Atalanta el 12 de agosto.
La primera parte del partido fue emocionante. Hubo bastantes oportunidades de ambos equipos, aunque él primero en aprovechar fue Neymar. En el minuto 14, tras una gran jugada de Mbappé, el brasileño consiguió anotar el gol del partido. Luego Kehrer se lesionó, y salió Colin Dagba a ocupar su lugar.
Transcurría el minuto 25, Mbappé empezó a atacar pero Perrin en su afán de detener la carrera, le hizo una terrible falta destrozándole el tobillo derecho del astro. La terrible falta a Mbappé tuvo que parar el partido por cinco minutos. En medio del conflicto, se formó una pelea y se sacaron seis tarjetas para ambos equipos, y la roja a Perrin.
A partir de ahí, el juego fue desordenado y el Saint-Étienne intentó lo imposible para llegar a la meta de Keylor. El PSG aprovechó la inferioridad numérica y confió en sus estrellas. Di María desperdició la más clara, rematando con la izquierda pero Moulin impidió el gol del argentino.
El veterano arquero mantuvo con vida hasta el último suspiro al Saint-Étienne, donde los visitantes reclamaron un penalti en los minutos finales. Mbappé regresó al banquillo en los minutos finales con un aparatoso vendaje y muletas. El PSG sigue en su deseo de ganar los cinco títulos de este año, jugará el próximo viernes la final de la Copa de la Liga ante el Lyon y en agosto resolverá la Champions.