Fue bautizado como Josef, por ser uno de los nombres más usuales en los registros de la hacienda
Un estudio dio nuevas luces sobre la vida de personas esclavizadas en la Colonia y reconstruye fisonomía de una.
“Los cementerios de este tipo no eran frecuentes. Los dueños de esclavos mandaban a que se deshicieran de los cuerpos y eran enterrados por familiares en donde podían”, menciona el investigador Santa Cruz.
En el reciente caso se trató de una persona esclavizada y que trabajó para en la Colonia para una hacienda que era propiedad de la orden de los camilianos o padres camilos, que tienen como misión principal velar por los enfermos. En la ciudad de Lima construyeron la iglesia de la Buena Muerte, por ejemplo.
Por ello, de acuerdo con la explicación de Santa Cruz, se preocuparon por catequizar a los esclavos a su cargo y que estas recibieran cristiana sepultura.
Menciona que aún no han rescatado todos los cuerpos de este camposanto, pero que su cifra total podría acercarse a la del cementerio de esclavos más grande hallado en América, que se encuentra en Nueva York.
Un dato que da es que más de la mitad de los cadáveres hallados son de niños. Uno de los cuerpos de adultos, bautizado como Josef, por ser uno de los nombres más usuales en los registros de la hacienda, fue usado para reconstruir la fisonomía.