19 de sus más de 500 fortificaciones pudieran ser aceptados por la entidad
Río de Janeiro, cuyos paisajes entre la montaña y el mar son considerados Patrimonio Mundial, se esfuerza para que dos de sus fortificaciones coloniales, construidas por orden del rey Felipe II de España, también sean inscritas en la selecta lista de Unesco.
En caso de que la candidatura brasileña para que 19 de sus más de 500 fortificaciones, entre ellas Santa Cruz da Barra y Sao Joao, reciba la aprobación de la Unesco y sean inscritas como bienes del Patrimonio Mundial, Río de Janeiro tendrá su nombre incluido en la lista por cuarta vez en menos de diez años.
Primero lo fueron los Paisajes Cariocas entre la Montaña y el Mar, en 2012; luego el Sitio Arqueológico del Muelle del Valongo (el puerto por el que Río recibió más de un millón de esclavos africanos), en 2017, y el jardín «del movimiento moderno tropical» del Sitio Roberto Burle Marx el pasado 27 de julio.
«Río vive un momento histórico con tanto reconocimiento de Unesco en tan poco tiempo», dijo a Efe el arquitecto español José Antonio Hoyuela Jayo, consultor de Unesco y del Instituto del Patrimonio Histórico Nacional de Brasil (Iphan) para los Paisajes Cariocas entre 2017 y 2020.