Otro ataque ruso se desato contra cafeterías y edificios, acabando con la vida de 52 personas
El misil Iskander de precisión lanzado por las fuerzas rusas impactó de lleno en una cafetería donde se estaba realizando el funeral de un soldado muerto en el frente. La mayoría de los habitantes de Hroza estaban en el lugar del ataque . Por el impacto murieron la viuda del soldado, su hijo y su nuera. También varios niños.
Los 52 cadáveres fueron envueltos en bolsas blancas y depositados en la plaza infantil del centro del pueblo, cerca de un tobogán y un columpio. Hasta allí llegan las ambulancias que los transportarán hasta la morgue. También es el terrible escenario en el que los familiares van a reconocer a las víctimas. El ataque ruso del jueves en el pequeño pueblo de Hroza, en el noreste de Ucrania y a más de 40 kilómetros del frente, donde la población antes de la guerra era de apenas unos 500 habitantes, mató a uno de cada seis de los 300 residentes que quedaban.
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Zelensky, en su tradicional mensaje que envía por las redes cada noche, apareció muy afectado, esforzándose por encontrar las palabras para denunciar el ataque, uno de los más mortíferos contra civiles de la guerra.
Al día siguiente le tocó a la ciudad de Kharkiv. Otro misil impactó un edificio de viviendas. Esta vez fue una abuela y su nieto de 11 años, las víctimas. Al parecer esta es la única estrategia que mantienen los invasores rusos en las últimas semanas. En el frente, tanto en el sur como en el noreste, no se registran cambios sustanciales aunque se mantiene desde hace dos meses un lento y persistente avance ucraniano. Sólo lograron romper las férreas líneas de defensa en la región de Zaporizhia.