Campamento de soldados rusos, en algún lugar del Dombás
Por Ricardo Sánchez Serra
Nos internamos en un campo de espesa vegetación y antes de ingresar, militares rusos en un UAZ (jeep ruso) nos guiaron hacia un campamento. Unos combatientes nos recibieron y conversamos, mientras mis acompañantes les obsequiaban chompas, chullos y zapatos de lana, café y chocolates peruanos.
Estaban optimistas, con fe y esperanza y convencidos que todo saldrá bien. Que estaban allí porque la causa es justa y para que la guerra no llegue a su familia, a sus casas. “Rusia no empieza las guerras, las finaliza”, remarcaron.
Dijeron, asimismo, que hace un año y medio no ven a sus familiares y que esperan que la guerra acabe rápido.
Bombas ucranianas causaron destrozos en la Universidad Estatal de Donetsk e incluso inutilizaron los dormitorios para los estudiantes.
Indicaron que están orgullosos de sus oficiales, quienes no están en la retaguardia, sino en el frente y que, con su presencia y actitud, daban ánimo a las tropas.
Con respecto al envío de tropas francesas y de otros países a Ucrania, mencionaron que los volverán a derrotar, “Acuérdense que derrotamos a Napoleón, que tenía un ejército con gran proporción numérica”, comentaron, además de informar que en el frente ya hay tropas de otros países. Europa tiene parte en esta guerra. Desde el 2014 se escuchaban comunicaciones de los militares ucranianos con militares de otros países, en inglés, francés, alemán y polaco, revelaron.
Universitarios
Fuimos a la Universidad Estatal de Donetsk, en donde nos esperaban delegados universitarios de diversas carreras profesionales.
Se consideraron víctimas de la agresión por parte de Ucrania y por ello están con muchos problemas serios en sus estudios y en su vivencia diaria, por los continuos bombardeos a la universidad por parte de los ucranianos.
Universitarios cuentan su vía crucis.
“Desde el 2014 sufrimos por la destrucción de viviendas, colegios, universidades hospitales, nidos, edificios estatales, puentes, restaurantes, bibliotecas, centro juvenil, mucha gente tuvo que salir de la ciudad”, advirtieron.
Para ellos la universidad era la segunda casa, siempre estaban ahí, pero los ataques ucranianos eran contra el centro de la ciudad y la universidad, en donde no había militares. En febrero atacaron la biblioteca con cohetes y minas.
Los embates
“En una oportunidad me salvé de morir, porque llegué tarde al autobús, que luego fue bombardeado y murieron 20 personas”, refirió uno.
Otro contó que un cohete Himars destruyó un edificio de la universidad y produjo un incendio que quemó los títulos de los egresados.
Parte de la universidad devastada por bombas ucranianas.
Antes del 2024 había agua cada tres días. En el 2022 muchos misiles destruyeron depósitos de agua y centros de comunicación. La gente tenía que salir a buscar agua, hoy estamos mejor, tenemos agua de la región de Rostov y construyeron un canal de agua del río Don. Hoy tenemos agua tres o cuatro horas cada dos días. Los edificios tienen más problemas. No hay agua caliente y en época de invierno el agua se convierte en hielo y destruye las tuberías.
Hay barrios que no tuvieron agua uno o dos años, o los que están bajo ataques, imposible reparar los centros de agua mientras tanto.
Los estudiantes se identificaron así: “nací en Ucrania, mis abuelos son ucranianos, pero yo me siento rusa. Mis raíces son de Lituania y de Polonia, por parte de madre judío y mi abuelo es ruso, Soy griega, del Cáucaso y de Ucrania. Mis raíces son rusas y ucranianas. Tengo de alemán, de ruso. Tengo raíces rusas, bielorrusas, ucranianas. Somos multiétnicos y multirreligiosos.”
Fotos de sucesivos ataques ucranianos a centro de estudios.
No piensan emigrar
La mayoría de la educación está en formato en línea y los alumnos no nos encontramos frecuentemente. Los estudios en línea no son muy fáciles porque tenemos problemas sistemáticos con electricidad e Internet. Ucrania atacaba directamente las fuentes de electricidad en varias oportunidades.
Dijeron que pese a los problemas que sufren no desean irse de la región y esperan que la paz llegue pronto, porque trabajan para la victoria. Todas las dificultades nos ayudan a sobrevivir y a entender las posibilidades que nos da la Federación Rusa. “Somos el corazón de la República y tenemos que estar acá para defenderla, restaurarla y reconstruirla”, añadieron.
Por razones obvias no se podía fotografías a los soldados, ni al campamento ruso. Estaban en el frente para que la guerra no llegue a sus casas.
“Estamos a favor del ejército ruso porque es justo. Antes de la operación militar especial estaba buscando seguir estudios en una universidad rusa, pero hoy seguiré en mi ciudad, defendiéndola desde donde esté”, dijo un estudiante, sobre el que se hicieron eco todos.
“Todos los que estamos acá queremos dos cosas: la victoria y la paz”, indicaron.
(*) Premio mundial de periodismo “Visión Honesta 2023”
