Suprimido el matrimonio, suprimido el divorcio

por | Oct 3, 2020 | Sin categoría

Por: Federico Prieto Celi / Entre enero y agosto de 2020 se han realizado en el Perú 5,000 divorcios menos que en esos meses de 2019. En ese tiempo del año pasado se registraron más de 8,500 divorcios, 700 por mes. La razón apuntada (Gabriel O’Hara Salini, Gestión, 29.09.20) es que resulta más práctico y barato hacer separación de patrimonio entre la pareja.

Entre las razones del cambio del divorcio a la separación de bienes  se señalan el tiempo de encerramiento social por pandemia,  el cambio del trabajo judicial de presencial a virtual y la agilidad y eficiencia del servicio notarial. Pero en el largo plazo, la razón de fondo es que después de ocho décadas de vigencia del divorcio, lo que se ha desprestigiado más es el matrimonio.

Muchos prefieren el matrimonio civil al religioso, porque el primero se puede romper si sale mal, mientras que el segundo es para toda la vida. A la larga, la experiencia demuestra que se rompen por igual unos y otros, con la consecuencia de que el segundo matrimonio es civil. Entonces, si el matrimonio se puede romper de hecho, la pregunta que queda en el ambiente es, ¿para qué casarse?

Estamos pasando de ser un pueblo cristiano de religión y de cultura a un pueblo cristiano solamente de cultura. ¿A dónde conduce este despeñadero moral? La respuesta viene de Escandinavia. A una civilización alta en riqueza y en civilización, pero baja en moral y casi nula en religión. Lo vemos en la serie danesa de Nexflix titulada ‘Borgen’, de tres temporadas de corte político, que refleja claramente el laxismo religioso cristiano que se vive en esa región del mundo.

La periodista  Katrine Fønsmark (interpretada por la actriz  Birgitte Hjort Sørensen)  tiene relaciones adulterinas con un hombre casado, que muere, dejándola con un embarazo de tres meses.  Katrine, animada por su pareja Kasper Juul (interpretado por el actor Pilou Asbæk), aborta. Después, ambos tendrán un hijo, Gustav.

Luego se separan, aunque reconociendo que Gustav es lo mejor que les ha pasado en la vida. Al final, Katrine, para no terminar como madre soltera, compatibilizando su responsabilidad laboral con su deber de madre, se une a Søren Ravn (Lars Mikkelsen), un viejo que podría ser su padre, con un escabroso historial de relaciones sexuales.

Uno de los ejemplos más claros de ese vivir ‘como si Dios no existiera’, expresión muy usada en la actualidad, que proviene de Craig Groeschel, es la ausencia de matrimonio en la vida de  Katrine. Pero inclusive el matrimonio de la primera ministra, el personaje principal de ‘Borgen’, Birgitte Nyborg (interpretada por la actriz Sidse Babett Knudsen), se rompe, cuando ya ella y su marido tenían sus respectivos amantes,  a pesar de tener dos hijos, testigos de la infidelidad de sus padres.

El matrimonio religioso con hijos expresa la cultura de la vida. El matrimonio civil temporal, el divorcio al paso, y el amor libre con aborto incluido, son expresión de la cultura de la muerte.

                                                                           (*) Periodista y analista político.


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