(Xinhua) — El joven chileno Cristóbal Velásquez, usuario de la plataforma china de transporte bajo demanda DiDi, expresa que le «sorprendió el servicio» de esta aplicación, que se ha convertido en una nueva cara de la cooperación entre China y América Latina.
«Fue un viaje seguro, el auto estaba en muy buen estado e incluso nos costó menos de lo que nos indicó la aplicación», añadió el joven.
Para el director del Centro de Estudios Chinos del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Andrés Bórquez, DiDi es la cara de una «nueva ola de inversiones de empresas chinas en América Latina, basada en el desarrollo de productos y servicios sofisticados».
NUEVAS TECNOLOGÍAS
DiDi inició en Chile sus operaciones el pasado 3 de junio en la región de Valparaíso, y hasta la fecha la compañía ofrece servicio en 23 ciudades de Chile, desde el extremo norte hasta la zona austral, y cubre más del 90 por ciento del área urbana del país sudamericano, incluida la capital, Santiago de Chile.
«La recepción del público chileno ha sido fantástica, incluso superando nuestras expectativas más optimistas. Lanzamos hace apenas unos meses y ya estamos con cobertura en todo el país», explicó a Xinhua el director de Comunicaciones Corporativas de DiDi en Chile, Felipe Contreras.
DiDi adquirió el servicio 99 de Brasil en enero de 2018, y entró en el mercado de México en abril del mismo año.
En junio de 2019 ingresó a Colombia, Chile y Costa Rica. En la actualidad, el servicio de DiDi cubre 20 millones de consumidores en más de 1.000 ciudades de América Latina.
Las operaciones de DiDi no se limitan al servicio de conductores tipo taxi, sino que abarcan modalidades como alquiler de bicicletas o comida a domicilio.
«Es increíble, desde que me enteré bajé la aplicación a mi celular y ahora desde ahí pido lo que quiero comer y me llega a la oficina muy rápido. Ahorro tiempo y dinero», señaló Laura López, quien trabaja en un corporativo de comunicaciones en la capital mexicana.
Y si de innovación se trata, Chile busca ser la punta de lanza en América Latina al contar con el mayor número de autobuses eléctricos chinos en la región.
Para el presidente chileno, Sebastián Piñera, quien ha asistido a varias entregas de unidades de la marca china BYD que circulan en la capital Santiago, «un buen sistema de transporte público, más seguro, más cómodo, más silencioso, más rápido, mejora la calidad de vida».
Aseguró que se está «dando este gran salto hacia adelante y hacia el futuro», y destacó que «después de las ciudades chinas, Santiago de Chile es la ciudad con más autobuses eléctricos del mundo».
La Ciudad de México busca ir en el mismo camino al poner en marcha el pasado 8 de enero más de 60 autobuses eléctricos del fabricante chino Yutong, que recorren una de las principales arterias que atraviesa la ciudad de norte a sur.
En noviembre pasado, el entonces alcalde de la ciudad colombiana de Medellín, Federico Gutiérrez, entregó la primera flota de 64 autobuses eléctricos de la marca BYD.
«Esto es un paso muy importante para que Medellín se convierta en la capital de la movilidad eléctrica en América Latina», afirmó Gutiérrez.
Ecuador recibió en febrero del año pasado la primera flota de 20 autobuses eléctricos ensamblados por BYD para mejorar la movilidad urbana en la ciudad costera de Guayaquil (suroeste), la más poblada del país sudamericano.
Mientras tanto, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, también ya circulan autobuses eléctricos fabricados por Yutong.
NUEVAS INDUSTRIAS
«Vamos a reemplazar toneladas de emisiones de dióxido de carbono por energía verde», sostuvo el asesor técnico de la empresa china Shanghai Electric Power Construction, Luis González, sobre la Planta Solar Cauchari, localizada en la provincia argentina de Jujuy (norte) y que es la más grande de su tipo en América Latina.
La planta iniciará operaciones a inicios de marzo, posterior a su actual periodo de prueba, y generará 315 magavatios (MV) de potencia a través de la instalación de 1,2 millones de paneles solares en sus tres parques fotovoltaicos.
Situada a 4.020 metros sobre el nivel del mar en una superficie de 800 hectáreas, la planta beneficiará a unas 160.000 familias y contribuirá en múltiples aspectos del desarrollo de Argentina, como la generación de fuentes de energías limpias, la transferencia de conocimiento, la promoción del empleo y el avance económico de Jujuy.
La tecnología proveniente de China también está presente en otros proyectos energéticos argentinos, como la Planta Solar Cafayate, en Salta (noroeste), y los parques eólicos de Chubut (sur) y Miramar (este).
También se encuentra en dos represas de generación hidroeléctrica que se hacen en la provincia de Santa Cruz (sur), con la participación de la firma de ingeniería China Gezhouba Group Corporation (CGGC).
En el vecino Brasil, trabajadores chinos construyeron torres de transmisión de energía para llevar electricidad a través de una línea eléctrica de ultra alta tensión (UHV) de más de 2.500 kilómetros, desde la central hidroeléctrica de Belo Monte en el norte del estado de Pará a Río de Janeiro, en la costa sureste.
Un proyecto de esta magnitud no fue una tarea fácil. Sin embargo, China State Grid, junto con su filial Xingu Río Transmissora de Energía (XRTE), hicieron el trabajo teniendo siempre en la mira la preservación del medio ambiente.
«Es algo inédito en Brasil para un proyecto de infraestructura tan grande como este», estimó el gerente de la obra, Francisco Ruiz Neto.
Las torres de transmisión eléctrica especialmente diseñadas afectarán lo menos posible a los bosques amazónicos locales.
«Este esfuerzo aumenta significativamente el costo del proyecto, pero vale la pena proteger el pulmón verde de la Tierra, la jungla del Amazonas», enfatizó Yang Guangliang, gerente asistente de XRTE.
Según la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), la central hidroeléctrica podrá atender la demanda energética de 18 millones de viviendas o cerca de 60 millones de ciudadanos brasileños.
Esta es la segunda línea de transmisión de ultra-alta tensión de 800 kilovatios construida en Brasil por State Grid. La primera transmite energía para los estados de Sao Paulo y Minas Gerais.
COOPERACIÓN EN MARCHA
A juicio de la analista argentina Carla Oliva, la visión china de una comunidad de destino entre China y América Latina basada en la igualdad y el beneficio mutuo representa una «oportunidad para abrir el camino a nuestro propio desarrollo».
La licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional de Rosario y coordinadora del Grupo de Estudio sobre China y Argentina de esa casa de estudios expresó que «la cooperación entre las partes ha avanzado notablemente».
«En materia comercial y financiera el desarrollo de determinados sectores productivos, las nuevas oportunidades comerciales, las inversiones en energía y recursos y los préstamos integran algunos de los aspectos positivos de la cooperación bilateral», expuso.
Resaltó que «la comunidad de destino es una de las grandes apuestas de China y América Latina en su relación bilateral».
«En los últimos años hemos sido testigos de un notable incremento en la cooperación en temas estratégicos, como energía renovable, desarrollo sostenible, redes de transporte y usos de nuevas tecnologías», complementó.
En 2014 el presidente chino, Xi Jinping, propuso establecer una comunidad de destino China-América Latina durante su visita a Brasil, donde se reunió con líderes de América Latina y el Caribe.
China se ha convertido en el segundo socio comercial más grande de América Latina, mientras que esta última es una de las regiones de más rápido crecimiento en términos de exportaciones a China.
Según datos oficiales de China, el comercio bilateral aumentó un 18,9 por ciento interanual hasta alcanzar los 307.400 millones de dólares en 2018.
Los esfuerzos de ambas partes por construir una comunidad de destino no solo se quedan en papel, sino que de hecho han dado frutos tangibles para los pueblos a través de una cooperación de beneficio mutuo.
Gracias al avance de la logística y el comercio electrónico, los consumidores chinos pueden disfrutar en casa productos agrícolas latinoamericanos de alta calidad como cerezas de Chile, aguacates de Perú y México, carne de res de Argentina.
«A medida que la economía de China atraviesa una reforma estructural por el lado de la oferta, América Latina está buscando una transformación económica al aumentar la demanda de inversión tanto en el ‘hardware’ como el ‘software'», relató Yue Yunxia, investigadora del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales.
En su entender, la demanda de inversión en el ‘hardware’ se refiere a las industrias de energía e infraestructura, y en el ‘software’, a las de telecomunicaciones, la tecnología de la información, además de su necesidad por mejoras industriales.
«Se han observado nuevas dinámicas más proactivas en la cooperación bilateral», destacó la experta.