Más de 300 mil personas se vieron obligadas a abandonar sus casas y hoteles de playa
Al menos 109 personas murieron hasta ayer domingo tras el paso del tifón Rai por Filipinas, el peor que ha azotado este año al país, según los balances oficiales del domingo, mientras se intensifican los esfuerzos por llevar alimentos y agua a las islas devastadas.
Más de 300.000 personas abandonaron sus casas y hoteles de playa luego de que el tifón Rai arrasó parte del archipiélago, dejando a varias zonas sin comunicaciones y servicio eléctrico, mientras en otros sitios arrancó techos y derribó postes de electricidad.
Con esto la cifra total de muertes reportadas asciende a 109, de acuerdo a datos oficiales, que confirman que Rai ha sido de los tifones más mortíferos que ha golpeado filipinas en los últimos años.
Es probable que el balance aumente a medida que las agencias del gobierno comiencen a evaluar la totalidad del desastre.
El tifón Rai comenzó azotar Filipinas el jueves con vientos de 195 km por hora y actualmente hay desplegados miles de policías, militares, guardias costeros y bomberos para asistir en las búsquedas y en el rescate en las zonas afectadas.
El sábado el ciclón se alejó avanzando por el mar de China Meridional y el domingo estaba frente a las costas de Vietnam avanzando hacia el norte.
En emergencia
Una evaluación aérea de los daños al norte de Bohol dejó “muy claro” que la gente ha sufrido mucho en términos de casas destruidas y pérdidas agrícolas, indicó Yap, quien declaró estado de emergencia en la isla.
Por su parte, el papa Francisco al finalizar su oración dominical tradicional del Ángelus, expresó su “cercanía con el pueblo de Filipinas”, país en su mayoría católico, añadiendo “pueda el santo Niño llevar consuelo, esperanza a las familias con más dificultades”, en referencia a la cercana Navidad.