Para seguir en las pantallas occidentales, TikTok necesita encontrar nuevos propietarios que garanticen continuidad y seguridad
Los cautivadores vídeos de TikTok mantienen a sus usuarios despiertos hasta altas horas de la noche, pero los vínculos de la aplicación con China también preocupan a los políticos. El 13 de marzo, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votará sobre un proyecto de ley que insta a ByteDance, el propietario chino de TikTok, a vender la aplicación a un propietario de otra nacionalidad. De lo contrario, enfrentaría una prohibición en Estados Unidos, su mercado más grande. Otros países, desde Gran Bretaña y Francia hasta Australia, están implementando sus propias restricciones. La aplicación, que según algunas mediciones es la más descargada del mundo, podría enfrentar la posibilidad de desaparecer pronto de las pantallas. Para mantenerse en el juego, TikTok debe separarse de China.
Algunos temores sobre TikTok pueden estar exagerados. Si bien es cierto que la empresa recopila una gran cantidad de datos sobre sus usuarios, no hay pruebas de que obtenga más de lo que declara, ni de que lo haga en mayor medida que sus competidores, como Facebook. Si los espías chinos desean obtener información sobre los estadounidenses, las laxas leyes de protección de datos del país les permiten adquirir esa información a través de terceros. Prohibir aplicaciones chinas que recopilan datos personales implicaría prohibir muchas más, lo que aislaría a los consumidores occidentales de algunos de los servicios digitales más dinámicos del mundo.
TikTok también ha introducido una competencia muy necesaria en un mercado de redes sociales que, de lo contrario, estaría muy concentrado. El año pasado, seis de las diez aplicaciones más descargadas del mundo eran propiedad de Meta, la empresa matriz de Facebook. TikTok, al superarlas a todas, ha traído consigo una ola de innovación y cambio radical. En última instancia, los consumidores son los beneficiados.
No obstante, existe una razón por la cual los gobiernos tienen justificación para preocuparse y por la cual las nuevas medidas adoptadas por Estados Unidos están fundamentadas. TikTok ha evolucionado de ser una simple aplicación de videos musicales con sincronización labial a convertirse en una plataforma mediática amplia con más de 150 millones de usuarios solo en Estados Unidos. Un tercio de los adultos estadounidenses menores de 30 años consideran a TikTok no solo como una fuente de entretenimiento, sino también de noticias. Por lo tanto, es realmente inquietante que TikTok tenga vínculos con China, cuyo gobierno considera los medios de comunicación como una herramienta de propaganda y está en un conflicto ideológico profundo con Occidente.
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La mayoría de los países ya cuentan con leyes que restringen la propiedad extranjera de medios de comunicación tradicionales, como la televisión y la prensa (algo que Rupert Murdoch experimentó al convertirse en ciudadano estadounidense antes de adquirir Fox News). En Gran Bretaña, una oferta de la familia gobernante de Abu Dhabi por el diario The Telegraph está siendo sometida a un escrutinio minucioso. Una empresa china, por ejemplo, no sería autorizada a comprar CNN. Sin embargo, TikTok está ganando cada vez más influencia.
Es crucial que los gobiernos apliquen a los nuevos medios la misma lógica que aplican a los medios tradicionales. De hecho, las nuevas plataformas requieren una mayor supervisión, ya que su proceso de producción es bastante opaco. Mientras que la línea editorial de un periódico puede ser claramente identificada, en el caso de TikTok, cada usuario recibe información diferente y la empresa no ofrece herramientas adecuadas para que los investigadores analicen su producción en su totalidad. Incluso si los estudios sugieren un sesgo, como algunos han señalado en la cobertura de Gaza por parte de TikTok, es imposible para los observadores externos determinar si el algoritmo de TikTok responde a las preferencias de los usuarios o a influencias externas, como las autoridades en Beijing.
TikTok ha reconocido que en el pasado bloqueó vídeos sobre temas sensibles como la masacre de la plaza de Tiananmen, pero asegura que ahora ha cambiado sus prácticas. La compañía ha realizado importantes y costosos esfuerzos para separar los datos de los usuarios estadounidenses de los demás, y ha abierto su código para su inspección. Sin embargo, también ha debilitado su posición al afirmar que vender sus operaciones estadounidenses sería poco práctico, ya que están estrechamente ligadas al resto de la empresa, lo que pone en duda sus afirmaciones de separación estricta de Beijing. TikTok ha intentado movilizar a los usuarios a su favor, animándolos a contactar a sus representantes en el Congreso. Sin embargo, esto solo ha resaltado su potencial como fuerza política, y se rumorea que algunos representantes indecisos se han vuelto en su contra después de recibir un gran volumen de llamadas. Además, los escándalos continuos, como la revelación de que los empleados de ByteDance espiaron los hábitos de los periodistas estadounidenses en TikTok, no han ayudado a su causa.
Lo óptimo sería que TikTok continúe operando. Es una fuente de competencia, innovación y entretenimiento. El proyecto de ley presentado al Congreso permite que ByteDance venda la plataforma en lugar de simplemente cerrarla. Si ByteDance no está dispuesta a hacerlo, o si China no lo permite, otra opción podría ser que TikTok se convierta en una empresa pública a través de una oferta pública inicial en Estados Unidos o en otro país. La presencia de TikTok en las pantallas de los estadounidenses y de otros países es beneficiosa. Sin embargo, es hora de aplicar las mismas normas a los nuevos medios que a los antiguos. Esto implica separar una plataforma tan grande e influyente como TikTok de la influencia de un país tan manipulador e ideológico como China.
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