Unión Pro Paz y Libertad

por | Mar 6, 2019 | Opinión

Martín Belaunde Moreyra

En octubre de 1950 cuando la Guerra Fría atravesaba  uno de sus peores momentos  por el conflicto coreano, Estados Unidos con el apoyo de seis aliados presentó una propuesta denominada Unión Pro Paz después aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. La situación de entonces era muy distinta de la actual, pero existe un denominador común entre ambas con respecto a la crisis venezolana, que perjudica  al Hemisferio Occidental.

El Consejo de Seguridad de la ONU está paralizado por el veto. En el primer caso a raíz de una resolución propuesta por los Estados Unidos para que se realicen elecciones libres en Venezuela, que alcanzó la mayoría necesaria de nueve votos sobre quince, pero vetada por China y Rusia. Luego las dos potencias vetantes presentaron una resolución apoyando al régimen de Maduro/Diosdado que solo alcanzó cuatro votos. En el caso China y Rusia hubieren logrado nueve votos, Estados Unidos la habría vetado tal como lo anunció su representante. Por consiguiente, el Consejo de Seguridad está incapacitado para actuar en la crisis venezolana por el veto chino-ruso y el eventual veto de los Estados Unidos.

¿Qué decía la Resolución Unión Pro Paz? En síntesis que cuando el ejercicio del  veto paralizaba al Consejo de Seguridad en situaciones de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz y actos de agresión, la Asamblea General asumía jurisdicción para resolver el conflicto al amparo de diversos artículos de la Carta de las Naciones Unidas. La Resolución Unión Pro Paz se aplicó sobre la guerra de Corea y otros conflictos posteriores, ejerciendo una influencia positiva para el restablecimiento de la paz en determinadas crisis. No fue la panacea pero ayudó.

¿Cómo calificamos la crisis venezolana dentro de la perspectiva de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz y  actos de agresión? Podemos afirmar que solo por el desborde migratorio de tres millones o más de venezolanos que han huido y continúan escapando de su país con dirección a sus vecinos, tenemos ya una  amenaza a la paz. A lo que debemos agregar la presencia de veinte mil o más asesores y cuerpos armados cubanos que convierte a Venezuela en un país militarmente ocupado por Cuba. El principal afectado por esta migración es Colombia pero no el único. También están afectados Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Brasil. Adicionalmente el sábado 23 de febrero ocurrió una situación de extrema violencia fronteriza cuando grupos violentistas militares y paramilitares bajo las órdenes de Maduro/Diosdado impidieron por la fuerza el ingreso de ayuda humanitaria urgentemente requerida por el pueblo venezolano. ¿Si esa violencia desatada por Maduro/Diosdado con asesoramiento cubano, no constituye una amenaza la paz, conforme a la Carta de la ONU, cómo podemos definirla entonces?

El conteo de votos en la Asamblea General aparentemente favorecería más a la tiranía Maduro/Diosdado que al Presidente encargado Guaidó. Pero semejante panorama de desigualdad numérica de votos en una eventual Asamblea General no debe impedir a los aliados de la democracia  de concebir una Resolución Pro Paz y Libertad. Es un recurso político y jurídico que en algún momento, no sabemos cuándo por la dinámica de las relaciones internacionales, puede convertirse en un as bajo la manga para la transición democrática en Venezuela.


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