Por primera vez Caracas vive un corte tan prolongado
Una multitud sedienta trepaba para recoger agua que caía sobre el putrefacto río Guaire, en Caracas, desde el canal de concreto que bordea la corriente. Tras cinco días del apagón más grande registrado en Venezuela la desesperación por agua crece.
Cuando se enteraron de la existencia de la fuente, cientos corrieron con botellas, baldes y bidones desde el barrio popular de San Agustín. Unos resbalaban por la pared y caían a las corrientes contaminadas, entre ellos Keisy Pérez, una mulata de 23 años madre de dos niños.
«Uno tiene que venir a cargar agua. Me caí esta mañana (al río), ¡de vaina no me maté!», gritaba enardecida al quejarse de tener varios días sin electricidad, agua ni comida. «¿Están esperando a que nos muramos?», recriminó.