Un desgarrador balance en Perú con más de 32 feminicidios por parte de hombres que asesinan a sangre fria a mujeres, que denunciaron pero las autoridades no hicieron nada
En lo que va del año, la escalofriante cifra de 32 feminicidios ha sacudido a Perú, dejando en su estela un rastro de tragedia y dolor. La Asociación de Familias de Víctimas de Feminicidios eleva su voz, reclamando una mayor articulación y acción urgente por parte de las autoridades involucradas: el Ministerio de la Mujer (Mimp), la Policía Nacional, la Fiscalía y el Poder Judicial (PJ).
Katherine Flores, vicepresidenta de la mencionada asociación y hermana de una víctima de feminicidio, destaca la urgencia de la situación. “En enero y febrero de este año, hemos presenciado 32 feminicidios; el más reciente, el 18 de febrero, involucra el ultraje y asesinato de una bebé de seis meses en Tocache”, señala con pesar.
La activista denuncia la falta de coordinación efectiva entre las autoridades para prevenir estos horrendos crímenes y, posteriormente, para asegurar que los responsables enfrenten la justicia con condenas ejemplares. Katherine resalta casos emblemáticos que evidencian la lentitud y las dificultades en el proceso judicial, como el de Mariella Barreto, que después de tres años ingresó recién ayer a control de acusación.
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La realidad de feminicidas en libertad también arroja cifras alarmantes. Según el informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) titulado «Perú: Feminicidio y Violencia contra la Mujer», entre 2015 y 2020 se perpetraron 1,045 asesinatos de mujeres. A pesar de ello, hasta 2022, 290 feminicidas estaban en libertad, sin medidas coercitivas ni sentencias, resaltando la urgente necesidad de reformas y medidas más efectivas.
“El agresor de Mirley Urcia está preso, pero su cómplice no”, expone Katherine, evidenciando la complejidad y la falta de cooperación en algunos casos. Esta dolorosa realidad subraya la necesidad apremiante de una respuesta integral y coordinada para abordar la violencia de género desde su raíz y garantizar que los perpetradores enfrenten la justicia.
La lucha contra la violencia de género exige un compromiso colectivo y medidas inmediatas. Las cifras no solo revelan pérdidas irreparables, sino también la urgencia de una acción decisiva para proteger la vida y los derechos de las mujeres en Perú.
