Como comprenderá usted, amigo lector de LA RAZÓN, a quienes fungimos de periodistas o comunicadores, normalmente nuestros allegados nos preguntan, porque consideran que nosotros estamos más informados que el común de ellos e insistentemente nos hacen las mismas cuestiones.
¿Y es cierto que ya comenzó la segunda ola? ¿Y nos van a volver a “encuarentenar”? ¿Es cierto que va a haber más bloqueos de carreteras? ¿Y la vacuna, qué sabes de la vacuna? Y así, estas consultas se nos hacen todos los días.
La verdad es que normalmente quedamos en ridículo, porque siempre tenemos que decir la verdad a nuestros amigos, más que a cualquier persona. Tenemos que decir “la verdad es que no tengo idea”.
Comencemos de lo más sencillo. La segunda ola, si es que así se le puede llamar al rebrote, en teoría ya comenzó, porque no hay camas UCI en Tumbes, Lambayeque, Áncash, Trujillo y Piura; acá en Lima ya casi no quedan dichas camas en los hospitales del Minsa, mientras que EsSalud comienza a abarrotarse de gente.
En tanto, las principales clínicas privadas están listas a implementar nuevas camas de cuidados intensivos, en la medida que tienen la logística para ponerle respiradores y oxígeno especial para gente que requiera alguna atención de esta emergencia.
La señora Mazzetti simplemente sigue en su cargo por un capricho del Presidente. Es clarísimo que ella ha sido parte de la inmensa incapacidad del Gobierno de Martín Vizcarra, Vicente Zeballos, del sádico del exministro Zamora; o de la propia Fiorella Molinelli, que en base a los millones que gasta en publicidad en diversos medios de comunicación y en consultorías, como dicen los criollos “pasa piola”.
Pero la situación está bien complicada. Las medidas que ha dado el gobierno son absurdas. Eso de ir a los centros comerciales o a los mercados, nadie lo entiende. El tema de no ir a la playa es más comprensible pero estamos en toque de queda.
Lo de las vacunas lo mismo, todo indica que no hay ninguna fecha creíble, ni semestre ni trimestre. Estamos a la deriva. Y con respecto a la ley agraria, parece que en la Comisión de Economía del Congreso se han dado cuenta que no hay nada mejor que la anterior.
Están poniendo una ley que no va a satisfacer el interés de los levantiscos y de los extremistas ideologizados tanto de Ica como de La Libertad, porque digamos las cosas claras, los empleos en el agro tienen que ser temporales y no se puede contratar durante 12 meses a gente que no se va a necesitar.
Entonces, la flexibilidad temporal y el tema de los beneficios laborales agrupados en los meses durante los que uno puede tener contrato es puro sentido común, pero al parecer esto no va a satisfacer y van a querer volver a hacer bloqueos de las vías.
Sin embargo, el Presidente Sagasti luce ausente, la Premier Violeta Bermúdez ya necesita que ella misma se traduzca en el mismo día. Continuamente da declaraciones que nadie entiende y ya nadie la hace caso.
Y diciendo las cosas claras, el Ministro del Interior, José Elice, no tiene mejor idea que poner en un alto cargo del Ministerio que él supuestamente maneja a un primo hermano de un senderista como Ruiz Heldrich.
Entonces, ya se imaginarán el predicamento que tiene este señor entre la Policía, que no lo tolera, no lo soporta, porque es el que le tocó estar en la ruleta ministerial.
Difícilmente tampoco vamos a ver enfrentamientos a balazos, como quisieran los extremistas, para echarle la culpa a la derecha o a los empresarios, cuando quien debería tener responsabilidad es el propio Presidente de la República, y la verdad es que es un tema de incertidumbre.
Lo que sí me queda claro es que el 2021 será horrible en la mediad de que no hay candidatos presidenciales que destaquen, y no hablo de las encuestas, sino de las propuestas. Todos están atemorizados tratando de ser políticamente correctos para sus propios fines, pero no pega ninguno en la población.
Queda claro que ninguno de los señores hasta ahora medidos por las encuestas puede superar el 6% y que la desazón va a venir muy grande en marzo cuando revienten la tarjeta de crédito, cuando la gente no haya tenido cómo matricular a sus hijos en el colegio.
Reitero, el 2020 es incertidumbre y sí tengo certeza de que el 2021 va a ser un desastre.
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