Los fraudes de identidad han aumentado. Los empleadores se dan cuenta de que no es la misma persona con la que hablaron en la entrevista.
Debido a la pandemia todo se trasladó a la virtualidad, incluyendo las entrevistas de trabajo. Aunque las videollamadas han sido de mucha ayuda en este contexto, algunas personas han comenzado a aprovecharse de la nueva modalidad para cometer fraude de identidad.
En cada oferta laboral se solicita un perfil que el interesado debe cumplir, de lo contrario no es tomado en cuenta. Gracias a que las entrevistas son a distancia algunos han aprovechado para hacerse pasar alguien capacitado (otro), sin embargo, cuando la persona real (no capacitada) comienza a trabajar los empleadores se dan cuenta de la suplantación.
Alison Green, esposa de un hombre que trabaja en una empresa tecnológica de Estados Unidos, relató en Ask Manager que su esposo estaba buscando candidatos para un puesto, y tras varias entrevistas contrató a John X, pero luego de unos días de teletrabajo notó que era una persona distinta a la que entrevistó.
“No era el John que mi marido recordaba”, dijo la mujer al recordar lo que su esposo le contaba sobre su trabajo.
Dijo que el hombre que había entrevistado en una videollamada tenía el cabello distinto y además no usaba lentes; pero no solo era la apariencia física, pues le había dicho que estaba soltero y trabajaba en un escritorio en interiores, mientras que tras ser contratado dijo que trabajaba en un garaje porque su esposa y tres hijos estaban en la casa.
Entre las recomendaciones está observar al candidato a los ojos, su boca y lenguaje corporal, pero también detectar si lleva auriculares en uno o ambos lados, pues es posible que alguien le esté diciendo qué responder de forma remota.
Con el teletrabajo “ambos lados de la moneda” deben tener cuidado: los candidatos no deben caer en ofertas falsas de empleo y los contratistas no deben contratar perfiles falsos.
Fuente: Infobae