Kiev afirma que Rusia estaría intentando eliminar a soldados ucranianos con apoyo de aviones.
Rusia ha endurecido su ofensiva contra la siderúrgica Azovstal. La fuerza armada de Vladimir Putin ha reanudado este jueves los bombardeos contra la acería de la metrópoli de Mariupol, conforme el régimen ucranio, donde tras una primera y compleja evacuación se cobijan todavía unos 200 civiles y un número sin concretar de militares ucranios que se hicieron fuertes en la gran planta de la era soviética, construida como una pequeña localidad con túneles y búnkeres subterráneos.
Tras el profundo asedio sobre la urbe portuaria ahora casi devastada y donde han muerto millares de individuos a partir del principio de la invasión rusa, solo los militares de Azovstal se interponen en el camino de Putin de proclamar el control total sobre Mariupol. Su conquista permitiría al Kremlin apuntarse un tanto militar en el hogar, coincidiendo con el 9 de mayo, una vez que Rusia conmemora con gigantes desfiles el triunfo del Batallón rojo contra la Alemania nazi, que Vladímir Putin convirtió en cierta medida central de su discurso sobre una enorme Rusia.
Los supervivientes que han emergido dichos días de las entrañas de la acería —en su mayor parte féminas y niños— y que han logrado llegar a la localidad de Zaporiyia en un convoy humanitario, comentan que el caso en la planta es desesperado, sin apenas agua, medicamentos y con lesionados graves entre los militares.
A medida que se seca las lágrimas, Yelena explica que hace 3 días que no sabe nada de su marido, integrante del ejército de Azov, de la Guardia Nacional. Y solo ha podido realizarlo por medio de un mensaje de escrito. “Necesitamos ayuda. No es justo. El planeta no puede desconocer lo que pasa en Mariupol”, solloza con la carpa de atención a desplazados del área sureste en la zona de Zaporiyia. Acude todos los días con un conjunto de parientes de los individuos que quedan en la acería.
