“El querer eliminar la erección en los violadores no aborda el problema en esencia”, asegura la periodista Manuela Camacho mediante una entrevista con La Razón.
Por: Sara Rios Chávez
Desde que inició la pandemia, las llamadas a las líneas de atención ascendió notablemente en el registro del Servicio de Atención Urgente (SAU). Mediante un reporte del Programa Nacional Aurora, se han atendido 484 casos y 596 casos, en enero y febrero respectivamente, en menores de edad.
Ante esta situación, La Razón habló con la periodista colombiana, Manuela Camacho, sobre la elevación de casos de abusos sexuales en Perú y la propuesta otorgada por el Gobierno de Pedro Castillo.
Se ha demostrado un aumento de casos de violencia en los primeros meses del año ¿De qué manera la pandemia ha influido en el incremento de violaciones?
Se debe porque, a inicios de la pandemia, muchos niños, adolescentes y mujeres iban a convivir con sus agresores, convirtiéndose en un grave problema. Asimismo, se ha evidenciado el incremento de las cifras de casos de agresiones dentro del núcleo familiar.
El caso de Damaris fue una noticia que causó mucha indignación en nuestro país ¿Qué llevó a este sujeto abusar sexualmente a una menor de 3 años?
Tenemos que entender de donde parte para que podamos abordar el problema como lo que es: casos estructurales. Estas personas no necesariamente tienen alguna patología, además es muy estigmatizante para las personas que tienen problemas psiquiátricos, ya que se suele relacionar. La violación no responde a un instinto sexual, sino un deseo de poder y dominación por parte del violador hacia su víctima. Es importante no abordar estos temas como casos aislados, porque son personas que responden a actos premeditados y a la estructura machista que ha generado la cultura de violación.
¿A qué te refieres con cultura de violación?
Hace referencia a todas las acciones que se manifiesta en los comportamientos machistas que normalizamos en la sociedad. Por ejemplo, el acoso callejero, las fotografías no solicitadas y entre otros. En la punta de la pirámide de la cultura de violación se encuentra el abuso sexual, pero por debajo se muestran otras acciones a menor escala.
Debido a este caso, el presidente Castillo anunció el proyecto de la castración química para violadores ¿Es viable esta propuesta o no? ¿Por qué?
No se ha explicado desde muchos enfoques. Por ejemplo, el enfoque antropológico, centrado en las causas de la violación sexual. Segundo, el tema psicológico. De acuerdo con el psiquiatra Carlos Bromley, señaló que no necesariamente tratar de erradicar el deseo sexual de la persona se estaría eliminando la intención de la agresión. Incluso, una asociación de víctimas de violencia sexual indicaba que los agresores mostraban mayores niveles de violencia tras la castración química. Tampoco es viable por el lado económico, porque hay una gran cantidad de presos bajo el delito de violación y resultaría costoso este tratamiento por un año. Desde el punto de vista penal, la violación no solamente hace referencia al acto de la penetración, ya que en el código penal se incluye otros tipos de violación con inserción de objetos o en otras partes del cuerpo. Entonces, el tratar de eliminar la erección en los violadores no aborda el problema en esencia.
Otro acontecimiento que sorprendió mucho en tiempos de pandemia fue el caso de la joven de 20 años violada por un grupo de amigos en Surco ¿Qué sucede con las personas que no piensan las consecuencias de sus actos?
Aun no comprendemos por completo los límites del consentimiento. Muchos ciudadanos piensan que estar con una persona alcoholizada y, de una u otra manera, acceda a una relación sexual es porque está autorizándolo, pero es todo lo contrario. Si una mujer, se encuentra bajo los efectos de drogas, estupefacientes o alcohol, termina teniendo relaciones con un grupo de personas es porque no hay consentimiento, sino abuso sexual.
En algunos casos, las víctimas terminan embarazadas debido a una violación ¿Qué opinas sobre las personas que toman el aborto como una opción?
Debería ser legal, básicamente, porque estamos tocando un tema de salud pública. En otros países se está legalizando el aborto porque involucra al Estado, por eso, están brindando herramientas para las mujeres que deciden abortar.
¿El abuso solamente comprende desde la dimensión física?
No, pero no creo que sea juzgable que una mujer no pueda reconocerlo. La violencia se puede presentar de muchas formas: físicamente, psicológicamente y económicamente. Sin embargo, la mayoría de mujeres les resulta difícil reconocer que son víctimas de abuso.
Muchas de ellas denuncian los maltratos por parte de sus parejas, sin embargo, ¿Cómo se explica que las víctimas puedan callar o incluso tratar de “olvidar” por tanto tiempo este sufrimiento?
Hay mujeres que viven episodios de violencia constantemente, pese a ello creen que la persona cambiará. Segundo, salir de los ciclos de violencia es muy difícil, porque hay un trabajo psicológico y manipulación que también ejerce el victimario sobre la víctima. Tercero, salir a la sociedad y denunciar que ha sido víctima de violación es complicado, ya que es un proceso revictimizante.
Desde tu perspectiva, ¿Cuáles son las señales de alerta?
Son demasiadas señales. Por ejemplo, normalizar una relación tóxica, celos enfermizos, limitar la libertad de una persona, aislar a la víctima del mundo, etc. Hay muchas herramientas de manipulación que estas personas suelen ejercer para confundir a la víctima.
¿Qué soluciones adoptarías para reducir estos casos de abusos?
Una de las medidas que puedo sugerir es solicitar el registro nacional de agresores, con el fin de que estas personas no puedan trabajar cerca de niños. Cabe precisar que se aprobó hace varios años, pero aún no se aplica en el Perú. La presencia de un psicólogo por colegio también se aprobó hace tiempo, sin embargo, aún no se ve el avance. Finalmente, abordar el tema de la educación sexual integral con enfoque en prevención y violencia, ya que es importante hablar sobre el consentimiento y entre otros. Para finalizar, agilizar los procesos judiciales porque estos casos de violencia pueden tardar hasta diez años, lo cual provoca que las víctimas sientan que denunciar es en vano.
