El director de la Feria que se realizó en Buenos Aires, Ezequiel Martínez, afirma que la cantidad de visitantes es un récord.
Luego de 2 años sin Feria Mundial del Libro por la enfermedad pandémica, Buenos Aires ha cerrado este lunes una versión histórica, con récord de colaboración. Bastante más de 1,3 millones de individuos han cruzado las puertas de La Rural en los últimos 19 días para participar en la enorme celebración del libro argentina. Es un 30% más que en las ediciones de 2018 y 2019, una vez que habían asistido un millón de individuos. Además, las ventas repuntaron: entre un 10% y un 20%, según los primordiales sellos editoriales.
“Teníamos mucha ilusión pues era la feria del regreso. Ilusión y ansiedad, sin embargo, lo que sucedió en verdad nos desbordó, excedió todo lo cual imaginábamos. Es lunes y no se puede creer la proporción de gente. No tenemos la posibilidad de estar más contentos”, responde Ezequiel Martínez, director de la Feria.
“La falta de la feria se observó. Esta es una cita cultural típica de Buenos Aires y se veía mucho que faltaba aquel encuentro con los autores, la firma de libros, la probabilidad de que las librerías independientes muestren su catálogo y varias otras ceremonias que hay cerca de la feria. La población se abalanzó a una cita cultural que le faltaba”, añade Martínez.
El director de la Feria defiende además el debate que abrió el autor Guillermo Saccomanno con su incisivo discurso inaugural. “Está bastante bueno que haya disparado una controversia y no abucheos”, muestra al referirse a las críticas que Saccomanno arrojó contra el sistema de producción editorial y al hecho de que la Feria se haga en el predio de una organización a la que acusó de haber sido “instigadora de los golpes militares que asesinaron escritores y destruyeron libros”.
La zona editorial ha sufrido la pérdida de poder adquisitivo de los argentinos a partir de la crisis económica de 2018, que se empeoró con la enfermedad pandémica de coronavirus.
