Por: Ricardo Escudero / Las acciones que nos alientan #20N

por | Nov 17, 2022 | Opinión

Los confusos tiempos que nos han tocado vivir, exigen participación o sumisión, no existe eso de “estoy observando a ver qué sucede”, “le voy a decir a mis hijos”, “tengo un almuerzo de familia”, ya que tales respuestas o indiferencias, son simplemente la demostración de la cobardía frente al desastre de nación que se derrumba más, frente al desastre de país que está aún respirando en el borde mismo del fango y frente a la catástrofe –tan peruana- de seguir mirando de lejos, lo que nos hiere desde adentro.

Y del mismo modo, ya cansa aquel absurdo lamento de echar la culpa a otros, sin mirarnos en el espejo de la infidelidad democrática, de la ausencia libertaria y de esa soberbia grandilocuente –no es redundancia-, que nos hace mirar por encima, estando muy por debajo. Se llama peruanidad de siempre, porque “nada nos va a pasar, nada”. Y nos sucede de todo, en especial lo malo; sino, vean al presidente y sus 73 ministros rodantes, pasajeros de una combi pirata que pagan con sencillo la corrupción que los alimenta. Ese es el Perú y no lo queremos ver, no lo queremos tocar, no queremos lanzarle una piedra enorme para romper el vidrio que nos separa de lo absurdo a la realidad.

Por eso, la Marcha de la Democracia es lenta y se infiltra de bribones y enfermos de candidaturas. Por eso, la ultima protesta (así hay que hablar, protesta) tuvo momentos importantes donde el pueblo se dio cuenta que hay que exigir “gasolina, dame más gasolina”, como combustible convertido en lemas, brazos en alto, mirada firme, temple y voz de todos. Y así, la protesta no fue una marcha, sino el encuentro de ciudadanos de toda edad y procedencia alzando sus palabras por un derecho fundamental: la protesta.

Que digan lo que quieran los que no fueron y nunca van, pero que nadie siga atreviéndose a mencionar “si los que fueron al concierto de Bud Bunny y Daddy Yankee hubieran ido a la marcha…”. Eso es un absurdo porque los que dicen eso, ni siquiera convocan a su propia familia, a sus amigos y vecinos, a sus compañeros de trabajo y estudios, a nadie. No hemos aprendido que debemos pensar y actuar ahora “huyendo de todo, de los moralistas y los puritanos, de los que no perdonan y los que no comprenden“ para construir de verdad, una alternativa popular de gobierno nacional que nace como respuesta de unidad frente a las izquierdas de la corrupción, el odio y la impunidad. De eso se trata, de una mejor democracia y una consistente libertad.

Las acciones que nos alientan este #20N vienen precedidas de entusiasmo y de ganas por atraer a más peruanos al camino correcto y para lograrlo, hay que hablar sin señalar, hay que convocar comprometiéndonos a participar activamente, hay que ingresar a las redes y decir porqué es necesario estar aquí o allá, pero hay que decirlo, sentirlo y pelearlo. Ahora es hora.


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