Subdirector de La Razón
Mientras los ojos del país están centrados en un eventual pedido de prisión a Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular, una acción conjunta de EsSalud, con apoyo de la Fuerza Aérea Peruana, ha permitido el traslado de un corazón desde la ciudad de Trujillo hacia Lima para salvar la vida de un paciente de 69 años, a través de un trasplante en el Instituto Nacional Cardiovascular.
Acciones como esta, donde dos instituciones se unen para salvar una vida, gracias a la donación voluntaria, devuelve la fe y la esperanza a un país que está saturado de denuncias y escándalos de corrupción.
Actualmente, el índice de donación en el país es de 2.3 donantes por millón de habitantes, el más bajo de la región, solo por encima de Bolivia y lejos de Uruguay, que lidera la lista con veinte donantes por cada millón. Por ello, es prioritario fomentar iniciativas para incrementar el número de donantes, como lo hace EsSalud, institución líder en trasplante de órganos y tejidos en el país.
Según cifras de EsSalud, actualmente existen más de 2,500 personas en espera de un trasplante de órgano para vivir; y, diariamente mueren entre 3 y 4 personas por falta de un donante de corazón, hígado o riñón.
Por ello, es necesario que haya conciencia en la ciudadanía en campañas de sensibilización para que exista una cultura de donación en el país.
Por otra parte, según información del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) de los 23’257.900 peruanos mayores de edad, solo 3’196.914 respondieron que sí a la donación de órganos. Es decir, solo el 13% del total. En este tema hay mucho por hacer.
En el Congreso de la República existe un proyecto de ley, bajo autoría de Carlos Bruce, que plantea convertir automáticamente a todos los peruanos en donadores, salvo que expresen en vida su negativa. Esta iniciativa debe ser abordada y respaldada en la Comisión de Salud del Parlamento, debido a que contribuiría en los esfuerzos que hacen las instituciones para salvar vidas.
Vale decir, en el país existe la tecnología, la infraestructura y los especialistas para realizar estas complejas cirugías, sin embargo, estos esfuerzos se chocan con una dura realidad: no hay una cultura de donación de órganos. Hay mucho por hacer y en este tema los ciudadanos pueden cambiar esta situación y decidir ser donantes.