En una declaración contundente, el Gobierno de España ha exonerado por completo a Marruecos de las acusaciones de espionaje e injerencia en sus asuntos internos. Este pronunciamiento fue regulado por el informe anual de 2023 sobre el estado de la seguridad nacional, elaborado por la Presidencia del Gobierno español, un documento que ha enterrado todas las sospechas y acusaciones previas que implicaban al Reino de Marruecos en actividades de espionaje, incluidas las dirigidas hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y otros funcionarios del Estado español.
El esclarecimiento dado a conocer por el reciente informe sobre las relaciones entre España y Marruecos constituye un paso adelante hacia la consolidación de una alianza firme basada en la confianza y el entendimiento mutuo, cerrando así, una vez por todas, el capítulo de las tensiones anteriores.
El no citar a Marruecos en el informe anual sobre el estado de la seguridad es especialmente revelador, considerando que la derecha española tradicionalmente lo ha identificado como su adversario más relevante en el ámbito de la inteligencia. De hecho, la atención se centró intensamente en Marruecos cuando salió a la luz que los teléfonos móviles de eminentes figuras políticas de alto perfil, como el presidente del gobierno Pedro Sánchez y otras personalidades, habían sido objeto de espionaje mediante el software Pegasus, una herramienta de ciberespionaje desarrollada por la compañía israelí NSO Group. Este incidente tuvo lugar en un momento de tensión máxima dentro de la crisis diplomática que se vivía entre Rabat y Madrid, alimentando las especulaciones y acusaciones de la derecha y extrema derecha española, así como las alegaciones respaldadas por Argelia, sobre la implicación marroquí en tales actos.
Cabe subrayar que estas acusaciones habían sido previamente desmentidas por oficiales españoles y el informe se alinea con testimonios dados por altos funcionarios a un comité del Parlamento Europeo que investigaba el uso del software espía Pegasus, en noviembre de 2022.
El Departamento de Seguridad Nacional, encargado de consolidar la información relevante de diversos ministerios y oficinas para la elaboración del informe, ha subrayado la falta de evidencia que sustente las acusaciones contra Marruecos. Curiosamente, el informe sí menciona a otros países, específicamente a Rusia y China, por sus «intensas e incluso agresivas actividades de recolección de información y maniobras y acciones de influencia en España», destacando un contraste significativo con la ausencia de cualquier mención negativa hacia Marruecos.
Este posicionamiento no solo refuta las sospechas largamente sostenidas por sectores de la derecha española, sino que también elimina referencias previas sobre el incremento de las capacidades ofensivas en el ciberespacio de ciertos servicios de inteligencia de la región del Mediterráneo, Sahel y Medio Oriente.
La conclusión del informe es clara: Marruecos no ha interferido nunca en los asuntos internos de España.
El documento, por tanto, no solo intenta cerrar un capítulo turbulento en las relaciones hispano-marroquíes, sino que recalibra también el enfoque de seguridad nacional de España hacia amenazas más palpables y verificadas, representadas por las actividades de Rusia y China en territorio español.