Nueva víctima promovía desarrollo de grupo negros
La Policía colombiana anunció el sábado la apertura de una investigación para esclarecer la muerte del activista social Nilson Richard Caicedo, fallecido el pasado 22 de diciembre en Mocoa, Putumayo, en el sur de Colombia.
Caicedo había denunciado amenazas en su contra durante los últimos meses al menos en diez oportunidades. Además, según el diario colombiano El Espectador, Caicedo había sobrevivido a una serie de ataques por parte de grupos paramilitares, que ya asesinaron a tres de sus hermanos.
Caicedo era conocido por trabajar en la zona de la Cordillera de Nariño en temas relacionados con la defensa del desarrollo de comunidades negras en el municipio de Cumbitara.
Se había visto obligado a abandonar sus tierras en el Bajo Patía nariñense hace algunos meses, y le había sido asignado un esquema de seguridad.
Mario Vitery, secretario de Gobierno de Nariño, reconoció que Caicedo “había tenido amenazas y tenía medidas de protección” y señaló que fue asesinado “en hechos extraños”.
En la zona tienen presencia la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Autodefensas Gaitanistas, el Frente Stiven González o antiguo Frente 29 de la disidencia de la guerrilla de las FARC.
Esta semana, el asesinato de otra activista había reavivado el debate y despertado la indignación en Colombia. Se trata de Lucy Villarreal, una joven gestora cultural del departamento de Nariño, atacada por un sicario en la carretera que conecta a Tumaco, tras concluir un taller con niños y mientras viajaba a su casa para pasar la Navidad con su familia.