Sr. Presidente, analizando la dramática situación por el avance del narcotráfico y corrupción extendida en casi todos los niveles; considero oportuno recordar su reciente mensaje a la nación “[…] LLEGÓ EL MOMENTO DE DECIR BASTA, PONDREMOS NUESTRO MAYOR ESFUERZO EN LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN […]”. Resalto estas palabras, porque los peruanos no queremos un narco Estado, en donde “LA IMPUNIDAD” se ha convertido en la gangrena de nuestras débiles instituciones y frágil democracia.
La corrupción que se está viviendo es -como lo señala la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción en Nueva York 2004- “Una plaga que hay que combatir, ya que esto tiene un amplio espectro de consecuencias corrosivas para la sociedad. Socaba la democracia y el Estado de Derecho, da pie a violaciones de Derechos Humanos, distorsiona los mercados, menoscaba la calidad de vida y permite el florecimiento de la delincuencia organizada, el terrorismo y otras amenazas a la seguridad humana”.
Estos execrables crímenes generan la mayor tragedia del siglo, que se denomina “IMPUNIDAD”, si bien afecta la calidad de vida de todos, perjudica con mayor fuerza a los más pobres y humildes; asimismo, sienten impotencia ante la falta de protección que le debería brindar el Estado.
La convención en referencia, introduce un conjunto de normas, medidas y reglamentos que pueden aplicar todos los países para reforzar sus regímenes jurídicos y reglamentos destinados a la lucha contra la corrupción; en ella se pide que se adopte medidas preventivas y tipifiquen las formas de corrupción más frecuentes tanto en el sector público como en el privado. Además, se da un paso decisivo al exigir a los Estados miembros que devuelvan los bienes procedentes de la corrupción al país donde fueron robados por los funcionarios corruptos; de esa forma, tendrán menos opciones para ocultar sus ganancias ilícitas.
Tenemos presente que el acuerdo entre la Organización de las Naciones Unidas y varios Estados ha dado frutos en su lucha contra la podredumbre de la IMPUNIDAD, por ejemplo, como es sabido, nuestra hermana nación de Guatemala, tiene en prisión procesados y algunos sancionados como al ex Presidente de la República y muchos de sus ministros, ex vice presidenta, su yerno y otros altos ex funcionarios, entre otros. Esta situación también se ha presentado como inquietud en El Salvador y por iniciativa propia en Portugal, donde se encarceló al ex Primer Ministro Sócrates que era a su vez secretario general del partido socialista, que fue expulsado por los militantes de dicho partido; similar el caso de nuestro país hermano Brasil con “Lava Jato” incluido. No olvidemos, que esta convención enfrenta la corrupción a nivel mundial.
Por todas estas razones, Sr. Presidente, recogiendo el sentimiento nacional y por una recuperación moral y espiritual, le pido suscriba un acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, para que se instale en nuestro país, la COMISIÓN INTERNACIONAL CONTRA LA IMPUNIDAD (C.I.C.P).
Independientemente de lo manifestado, considero que el nuevo Consejo de Ministros juntamente con Ud. sean coherentes con la voluntad expresada, porque ha generado esperanza a todos los peruanos; su Gobierno puede (mediante facultad legislativa y/o proyectos de leyes) enfrentar seriamente la corrupción y especialmente la Impunidad, que ha destrozado la fe y confianza de nuestro pueblo. El congreso ha manifestado que apoyará esta situación, pero su mayor respaldo estará en el pueblo, que espera y ansía decencia en quienes gobiernan nuestro país.